Santi Vila muestra su cara liberal junto a Gay de Montellà
El conseller ensalza las libertades individuales para alcanzar una Cataluña "plena" en la presentación de un número especial de la revista de Foment
Santi Vila mantiene su perfil. Le gusta, periódicamente, constatar que no será un miembro más del Govern que siga los postulados del movimiento independentista hasta el final. Pero sigue en él, con la esperanza de influir a la espera de poder ser útil. Y este miércoles quiso mostrar su cara más liberal, eso si, sin rechazar el proyecto «colectivo».
Vila aprovechó un acto en la presentación de un número especial dedicado a la Ilustración de la revista F de Foment del Treball, para defender las «libertades individuales». Sólo de esa forma, «se alcanzará una Cataluña plena», dentro de un proyecto que, a lo largo de 2016, llevará a los catalanes a completar la libertad colectiva, según las reflexiones del conseller de Cultura, ante el presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà en la Reial Acadèmia de les Bones Lletres.
Es decir, un país independiente, colectivamente, donde triunfen las libertades individuales. Lo que no dijo Santi Vila es con qué compañeros de viaje se podrá conseguir ese doble objetivo. En una situación de declive del PDC, la ex Convergència, el soberanismo cojea hacia la izquierda, con una posible unión entre Esquerra Republicana, la marca de Podemos en Cataluña, y la CUP.
Vila ha inquietado seriamente al soberanismo con sus recientes comentarios tras las elecciones en el País Vasco y Galicia. Consideró que se podía iniciar una etapa con dirigentes moderados. Y lo que no dijo es si la puede protagonizar él en el seno de su propio partido o en algún otro en construcción.
La Ilustración
Sus reflexiones se enmarcaron en un debate sobre la Ilustración a partir de los artículos publicados en la revista de Foment, F, que dirige Valentí Puig. Con el título de ¿Qué queda de la Ilustración?, Puig ha coordinado un número con firmas como José Enrique Ruiz-Domènec; Manuel Arias Maldonado, Pau Luque o Josep Maria Colomer.
Fue el editor y colaborador de Economia Digital, Fèlix Riera, quien moderó un intercambio de punzantes reflexiones entre Ruiz-Domènec y Maldonado. Para el primero, historiador, lo que queda de la Ilustración es una gran conciencia por realizar bien el trabajo, por pensar que no se puede fallar cuando se realiza una operación quirúrgica o se da una clase académica.
La insoportable levedad de los mediocres
Y se preguntó si los impulsores de los valores de la Ilustración, Libertad, Igualdad y fraternidad, con los que se identificó la Revolución francesa, no fueron demasiado ambiciosos al querer unirlos. Pero Ruiz-Domènec consideró que sería «fácil y factible» alcanzar esos ideales en la actualidad. Otra cosa es que se quiera completar.
Con referencias a Trump, y a la imposibilidad de reconocer en él un relato razonable, los dos académicos insistieron en no apartarse de esa herencia. «No hay libertad sin un grado suficiente de igualdad, sentenció, sin embargo, Maldonado.
Y con Diderot remataron el mensaje: «Yo soy un hombre y quiero causas apropiadas para un hombre», decía el enciclopedista francés. «Un gesto antidogmático, que define una postura comprometida ante el mundo, que se aleja por igual del insufrible peso de los doctrinarios como de la insoportable levedad de los mediocres», traduce Ruiz-Domènec en la revista F, en un número que conmemora los dos años de vida de la publicación que dirige Valentí Puig.