Sánchez deja la tasa Google para diciembre ante la presión de Trump
El Ejecutivo de Pedro Sánchez opta por la vía francesa y no empezará a cobrar este impuesto hasta finales de año
Pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene en su hoja de ruta aprobar este martes el impuesto sobre servicios digitales, conocido popularmente como la tasa Google, la presión de Estados Unidos va a aplazar el cobro de este tributo a final de año, momento justo en el que la OCDE tenía previsto tener lista su propuesta.
La idea del Ejecutivo español de tomar la delantera en este asunto, por tanto, se esfuma. La vicepresidenta Nadia Calviño lo dejó entrever: “No se trata de una suspensión del impuesto, sino simplemente de una liquidación a final de año”, dijo ayer, lunes, durante la misma semana en el que también se da por hecho que se aprobará la tasa Tobin, que grava las transacciones financieras.
La presión de Estados Unidos llega porque la tasa Google tiene en el radas a grandes plataformas estadounidenses, como es el caso de Google o Facebook, a quienes quiere hacer tributar en los países donde hacen negocio en lugar de desviar beneficios a territorios con baja fiscalidad (Luxemburgo, Irlanda u Holanda).
Se trata de cambiar las reglas fiscales de orden internacional ante la globalización y el auge de la economía digital. Las estimaciones de la OCDE es que este impuesto permita recaudar unos 100.000 millones de dólares (unos 92.000 millones de euros) al año.
Estados Unidos altera el calendario de Francia
El Gobierno estadounidense de Donald Trump ya ha amenazado desde Estados Unidos, país que es sede de las principales tecnológicas mundiales, con imponer aranceles a quienes graven la actividad de sus empresas.
Estas nuevas tasas comerciales nuevas tasas recaerían sobre la industria automovil, siempre que siga adelante el proyecto de impuesto digital, que a día de hoy está parado tras fracasar las negociaciones entre Estados miembros.
El caso de Francia quizá sea una muestra del poder de Estados Unidos para alterar los planes de la UE. Pese a que en el país vecino no solo puso en marcha el impuesto, sino que se llegó a cobrar, la amenaza de Trump de aplicar aranceles a productos como el vino llevó a la administración gala a paralizar los pagos de este tributo hasta finales de 2020.