Rajoy gana tiempo para su pulso con Rivera antes de las municipales
La aprobación de los presupuestos concede aire a Mariano Rajoy para concluir la legislatura y para pasar a la ofensiva contra Albert Rivera, su gran amenaza
A Mariano Rajoy sigue funcionándole la estrategia de dejar caer el chaparrón y esperar a que escampe. La aprobación de los presupuestos, gracias al apoyo brindado por el PNV pese al mantenimiento del artículo 155 en Cataluña, no solo es una nueva muesca que añadir a la lista de victorias —pírricas si se quiere— que el presidente se apunta a base de esperar agazapado, sino que, con su partido en caída libre desde hace meses en las encuestas y con Ciudadanos (Cs) comiéndole el suelo bajo los pies, le permite seguir ganando tiempo.
El gobierno de Rajoy, el de un PP renqueante y salpicado de escándalos —del affaire Cifuentes a la detención de Zaplana— ha conseguido en los últimos días lo más parecido a cuadrar el círculo a lo que podría aspirar.
Rajoy ha conseguido lo más parecido a cuadrar el círculo en los últimos días
Por un lado, porque ha cuajado un cierre de filas con PSOE y Cs para aplicar una prórroga del 155 que le permite frenar los furibundos reproches que, por tibio, le dedican día sí y día también los de Albert Rivera. Y por el otro, porque, pese a ello, ha acabado por tirar adelante unas cuentas que parecía que dependían del levantamiento de la intervención catalana, y que le dan suficiente aire al ejecutivo como para llegar sin dificultades a las municipales y las europeas de mayo de 2019.
Resuelto el escollo presupuestario, y perdido en buena parte el miedo a las consecuencias tras siete meses de aplicación del 155, Rajoy está en disposición de mantener el pulso que le sigue planteando el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al que a la hora de la verdad, es decir, pasado el tiempo de los faroles, el PNV ha dejado en la estacada.
Agotar la legislatura
La gran victoria de Rajoy es la conquista del tiempo. De bastante tiempo, hay que decir. La aprobación de los presupuestos concede a Rajoy combustible para concluir la legislatura, un éxito rotundo en el ideario del político conservador, un verdadero fanático de concluir los mandatos como signo de estabilidad y buen gobierno.
El líder del PP se hizo con el Gobierno tras las elecciones de un lejano 20 de noviembre de 2011. Han pasado siete años y medio desde aquella rotunda victoria de los populares. Desde entonces, el desgaste del PP ha sido muy severo, ya visible en el último ciclo electoral. La combinación de casos de corrupción y la inacción de Rajoy han facilitado enormemente los ataques de sus adversarios. Un contexto muy propicio para realzar el contraste con Albert Rivera, energético, ambicioso y sin mácula en los juzgados.
Aprobados los presupuestos, el PP se dispone a salir al contraataque contra Ciudadanos
Ha llegado la hora para el PP de pasar a la ofensiva contra Ciudadanos. La instrucción está clara en los cuarteles populares desde hace días: cerrar los presupuestos y salir al contraataque.
Tiene tiempo Rajoy. Tiempo para todo: para intentar recuperar el terreno perdido y también para perderlo definitivamente. El superviviente más famoso de la política española va a tener que caminar muy rápido para demostrar que el suyo no es un vigor improbable y para desmentir que Moncloa no es un palacio ideal para echar la siesta.