Puigdemont (y su abogado) desean una orden de arresto por terrorismo

Gonzalo Boye, uno de los principales abogados de Carles Puigdemont, hace tiempo que da por hecha la activación de una tercera orden de arresto contra su cliente una vez que el Tribunal Supremo dicte la sentencia del procés.

El abogado está convencido de que en ese momento se desencadenará «la madre de todas las batallas jurídicas» y considera que lo sucedido durante las dos últimas semanas a partir de la detención de varios miembros de los CDR que manejaban explosivos y planeaban acciones violentas puede acabar redundando en beneficio de Puigdemont.

Después de darse a conocer un auto del juez Manuel García Castellón en el que describía que Carles Puigdemont y Quim Torra usaron a los CDR como intermediarios, el líder huido llegó a la conclusión de que existe un interés por criminizarlo y forzar su entrega a la justicia española por vínculos con la violencia. «Hay una narrativa para colgarme a mí la etiqueta de terrorismo para pedir una tercera euroorden. Eso es evidente», dijo el expresidente de la Generalitat.

Pues bien, el abogado de Puigdemont está convencido de que si es así puede ser una magnífica noticia para su cliente. «Una tercera euroorden en base a unos delitos distintos de los utilizados en la primera y segunda, será de gran ayuda para la defensa del president Puigdemont y los consellers», dice Boye en un artículo publicado esta semana en El Nacional.

El abogado de Puigdemont y el catálogo de delitos

El abogado de Puigdemont es consciente de que el delito de terrorismo es uno de los 32 que conlleva la entrega del reclamado sin entrar a valorar la «doble incriminación», es de cir, la comprobación de si un hecho es delictivo en Bélgica y en España. En cambio, los delitos de rebelión, sedición y malversación no figuran en este catálogo de 32.

A pesar de este catálogo de 32 y del presunto intento de «construir una causa por terrorismo», Boye está convencido de que la orden de arresto de Puigdemont puede fracasar. «Me atrevo a decir que el propio hecho de realizar una escalada a nivel jurídico para intentarlo por terrorismo bien puede ser un búmeran que se vuelva en contra de quienes pretenden manipular la realidad con la finalidad de conseguir la entrega del president Puigdemont y del resto de consellers en el exilio», opina el letrado.

Boye remata su argumento subrayando que es «imaginable que a unas determinadas personas primero se les persiga por rebelión/sedición y malversación para, posteriormente, reclamarlas por terrorismo». E ironiza con que también podrían reclamarlo «por cohecho, por pederastia o por lo que se les antoje» con la finalidad de conseguir su entrega. Y concluye, optimista: «En realidad, una situación de esas características solo serviría para potenciar y apoyar nuestra tesis de que se trata de una persecución política».

El abogado de Puigdemont acaba por advertir a las instituciones del Estado que están haciendo el ridículo. «Una euroorden no es algo que cursa ni la Guardia Civil ni la fiscalía, sino que lo hace un juez que tendrá que medir hasta dónde está dispuesto a llegar en una escala del ridículo que se encuentra en su punto más álgido», dice Boye.

La esposa de Puigdemont y su vínculo con la Diputación de Barcelona

Los recortes en gastos de comunicación de la Diputación de Barcelona no afectan a Marcela Topor, esposa del expresidente catalán Carles Puigdemont. La Diputación de Barcelona, presidida tras las últimas municipales por la alcaldesa socialista de Hospitalet Núria Marín –gracias a un pacto con Junts per Catalunya (JxCat)–, ha decidido renovar el contrato con Topor para la emisión de un programa de televisión semanal por el que la actriz y periodista percibe seis mil euros mensuales.

Las televisiones locales dependientes de la Diputación de Barcelona, aglutinadas en un organismo denominado Xarxa Audiovisual Local (XAL), emitirán a partir de mañana la nueva temporada de The Weekly Mag, un programa de entrevistas y entretenimiento realizado en inglés y que conduce Topor. 

Puigdemont sigue en Bélgica, en situación de huido de la justicia, mientras que su familia –su esposa y sus dos hijas– siguen en Girona. La única actividad profesional conocida de Topor son sus programas de televisión.