Puigdemont recibe al titular de Interior antes del sabotaje de los CDR
El conseller Buch se desplaza a Waterloo para entrevistarse con el líder huido a falta de 4 días para el boicot anunciado contra el Consejo de Ministros
Carles Puigdemont continúa teniendo una agenda de primer orden en la política catalana y, sobre todo, continúa sometiendo a su gusto al gobierno de Quim Torra. Este martes se ha entrevistado en Waterloo con el consejero de Interior, Miquel Buch, y con el número dos del departamento, Brauli Duart.
La reunión se produce en un momento en que la consejería debería estar inmersa en la organización del operativo de seguridad que debe impedir el sabotaje anunciado por los CDR contra el Consejo de Ministros de este viernes, 21-D, en Barcelona.
Buch se marchó a Bruselas para entrevistarse con Puigdemont, según confirmó el corresponsal en Bélgica de La Vanguardia, y dejó su departamento en manos de la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, que actuó durante toda la jornada como responsable sustituta.
La visita del conseller de Interior a Waterloo tiene lugar apenas diez días después de que medio gobierno de Torra se desplazara a Bélgica para presenciar un acto del llamado «consejo para la república». Allí estuvieron el consejero de Políticas Digitales y Administración Pública, Jordi Puigneró; el de Educación, Josep Bargalló; el de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet; y la de Cultura, Laura Borràs. Es decir, 5 de los 13 consejeros de la Generalitat, así como el propio presidente Torra.
Una visita clandestina
La agenda de Buch en Bélgica es completamente desconocida, prácticamente clandestina. El conseller de Interior, de hecho, ha evitado dar detalle alguno sobre su visita a Waterloo y también ha prescindido de dar oficialidad a esta visita en los actos oficiales que los consellers hacen públicos.
Tampoco Puigdemont ha querido dar publicidad a la intensa agenda de contactos que mantiene con los consejeros de la Generalitat.
El gobierno catalán se reúne este martes, como todos los martes, para analizar la situación en Cataluña cuando tan sólo faltan cuatro días para que los CDR pongan a prueba la eficacia del dispositivo de seguridad. Las principales arterias de comunicación del entorno metropolitano de Barcelona están amenazadas por estos grupos.