Puigdemont y Junqueras se atan a la celebración del referéndum
Todo el gobierno catalán firma un compromiso político para llevar a cabo el referéndum para disimular las diferencias entre el Pdecat y ERC
Atados. Políticamente. Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se han atado a la celebración del referéndum, con un acto político en el que ha participado todo ejecutivo catalán en el Palau de la Generalitat. Otra cosa será la decisión sobre quién correrá el riesgo de firmar el decreto de convocatoria, y cómo se asumen las consecuencias jurídicas.
Pero lo que tocaba ahora en el seno del movimiento soberanista era un compromiso para desterrar todas las dudas. Primero Junqueras, y cerrando el acto Puigdemont, los dos se han comprometido a “organizar, convocar y celebrar el referéndum”. Es decir, se atan políticamente a ir hasta el final, para forzar la reacción del Gobierno español, a modo de reto al Estado para comprobar hasta dónde quiere llegar. Sobre el papel.
Otra cosa supondrá dejar al movimiento soberanista a la intemperie. El más interesado en que las consecuencias jurídicas no acaben en inhabilitaciones es Oriol Junqueras, que aparece como ganador en todas las encuestas si se convocaran elecciones al Parlament. Y, tras las diferencias en las últimas semanas entre el Pdecat y ERC, se pretendía ofrecer una imagen de unidad. Pero, cuando llegue el momento decisivo, lo que contará es quién firma esa convocatoria, y qué medidas se toman en la organización del referéndum.
Todo el Govern se compromete en un papel a «aplicar» los resultados del referéndum
Las cosas estarían divididas. Si Puigdemont es el presidente de la Generalitat, y, por tanto, el responsable final de firmar el decreto de convocatoria, Junqueras es el responsable de las partidas económicas y de los contratos que pueda realizar el departamento de Economía para garantizar que se pueda celebrar en condiciones.
Por ahora, compromiso político. Unas 200 personas, cargos de designación política, junto a todo el Govern, han firmado un documento por el que se obliga a “organizar, convocar y celebrar el referéndum”, como una muestra inequívoca del “inalienable derecho a la autodeterminación”. También se compromete a “aplicar los resultados” que surjan de ese referéndum.
La lectura del documento, en el Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat, ha servido para denunciar que “el anhelo mayoritario de libertad se ha topado reiteradamente con la imposición de un marco legal que demasiadas veces no ha respetado la voluntad popular de los catalanes”.
Puigdemont asegura que se trata de un ‘mandato democrático’
El presidente Puigdemont ha cerrado el acto, con un discurso muy breve, pero contundente, que no le deja capacidad de maniobra si el referéndum, finalmente, no se realiza. “El Govern reafirma solemnemente, ante las amenazas e intentos de limitar el autogobierno de Cataluña, su intención de organizar, convocar y celebrar el referéndum”, por un motivo principal, “es un vehículo que el pueblo de Cataluña y el Parlament ha convocado para decidir su futuro”. Es decir, porque “tiene un mandato democrático”.
En el caso de Junqueras, el vicepresidente de la Generalitat ha justificado el referéndum como un instrumento que permitirá “el ascensor social” en Cataluña, con la idea de que toda la sociedad catalana tiene el derecho a decidir su futuro.
Ahora queda la realización concreta, jurídica, de ese compromiso político, que ha llegado después de que se mostraran grandes diferencias internas entre el Pdecat y ERC. ¿Quién tomará primero ese compromiso ‘jurídico’?