Puigdemont fracasa en su intento de blindarse con Iglesias
El diputado del Pdecat, Carles Campuzano, muestra su escepticismo con Iglesias, en contra del sí a la moción de censura que quería Puigdemont
El objetivo estaba claro. Apoyo a Pablo Iglesias, a cambio de que Podemos secunde, sin matices, el referéndum unilateral en Cataluña. Pero el presidente Carles Puigdemont, que deseaba ese acuerdo, se ha visto superado por su propio partido, el Pdecat, y, también, por el propio discurso de Pablo Iglesias, que provocó enormes dudas en los diputados de la ex Convergéncia, que se plantearon, incluso, pasar de la abstención decidida, al voto en contra. Pero en ningún caso apostaron por el sí a la moción de censura.
El debate en el Congreso fue duro. El presidente Mariano Rajoy respondió con crudeza a Pablo Iglesias, que se presentaba como candidato alternativo en la moción de censura, que tiene carácter constructivo. Pero la iniciativa de Iglesias supuso colocar la cuestión catalana en el centro de toda la política española.
Y aquí el independentismo salió dividido. Mientras el Pdecat se mostró escéptico, con la intervención del diputado Carles Campuzano, consciente de que también está en juego el espacio ideológico de la fuerza política que ha sustituido a Convergència, Esquerra Republicana exhibió su entusiasmo con Iglesias.
El Pdecat busca su propio espacio ideológico y toma distancias con Podemos
Fue el diputado republicano, Joan Tardà, quien consideró que lo que se plantea en Cataluña, y por ello apoyó a Iglesias, es “una oportunidad para, desde Cataluña, ayudar a Madrid, a un cambio político que suponga la ruptura democrática que no se pudo hacer entre 1976 y 1978”.
Lo que evidenció Iglesias, con su moción de censura, es que el independentismo juega, de nuevo, sus bazas, y que no es homogéneo.
Puigdemont quería que el Pdecat le hubiera ofrecido a Iglesias un sí rotundo a su moción de censura, con la idea de que lo que está en juego es un proceso de ruptura que comienza en Cataluña con el referéndum. Es la tesis de Esquerra, expresada por el diputado Tardà, aunque ese discurso contundente no es exactamente el mismo que el que defiende el estado mayor de Esquerra, bien pertrechado en el Govern.
Sin embargo, choca de lleno con la posición del Pdecat, que trata de reconstruir las naves, con Marta Pascal a la cabeza. Campuzano, que coincide con Pascal, junto al también diputado en el Congreso, Jordi Xuclà, se negó a ese sí a Iglesias. La posición acordada en el seno del Pdecat fue una abstención, que, finalmente, se producirá este miércoles en el momento de las votaciones.
El diputado Campuzano reprocha a Iglesias que no dé garantías a las instituciones catalanas
Campuzano fue claro. “Valoramos el esfuerzo, pero sería necesario saber si están con las instituciones catalanas”, le espetó a Iglesias, para añadir que le recordaba a Rodríguez Zapatero y a sus promesas al gobierno de la Generalitat. Iglesias no desaprovechó la ocasión para afirmar que Campuzano le recordaba a “Cambó y a Jordi Pujol”, en un intento de desacreditar al catalanismo “conservador”.
Ese cruce dialéctico evidenció que el Pdecat no está dispuesto a quedar alineado con Podemos, al margen de que Iglesias tampoco le ofreció a Campuzano ninguna garantía sobre qué hará su formación el 1 de octubre, si, finalmente, el gobierno catalán es capaz de poner las urnas en los colegios electorales.
Mientras eso ocurría en el Congreso, lo que constituyó un fracaso para Puigdemont, que ha buscado la figura de Iglesias para blindarse con el referéndum unilateral que pretende convocar, otra figura irrumpía de nuevo. Se trata de Artur Mas, quien presionó a Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, para que disponga los locales necesarios para las votaciones del 1 de octubre. “Debe encontrar la manera”, aseguró, insistiendo en que la ciudadanía no entendería que Colau, de Els Comuns, la formación a la que da apoyo Podemos en Cataluña, no facilitara poder votar en el referéndum.
Mas presiona a Colau para que prepare locales para votar el 1 de octubre
Es decir, el independentismo, en su conjunto, se acoge a Els Comuns como el partido que puede decantar la balanza, y, en un determinado momento, forzar o la votación o una gran movilización contra el Gobierno de Mariano Rajoy.
Pero el Pdecat quiere guardar, por ahora, las formas y toma distancias con Podemos, consciente su dirección de que el partido se juega a medio plazo, y que, tras el 1 de octubre, muchos electores exconvergentes querrán tener una opción política que no se abrace con la izquierda que representa Iglesias.