Puigdemont disminuye el ruido para evitar la extradición a España
El tribunal del land alemán de Schleswig-Holstein debe decidir a finales de mes sobre la extradición de Puigdemont, que ha rebajado su exposición pública
Atrás quedan las semanas en que Carles Puigdemont ofrecía titulares mañana, tarde y noche. Puigdemont, hiperactivo hasta hace no tanto con entrevistas y mensajes de contenido político, permanece en la trastienda, maniobrando con una visibilidad muy reducida. ¿Por qué?
«Sus abogados le han aconsejado poco show, poca exposición pública. En Alemania no quieren lío y Puigdemont ha optado por rebajar su exposición pública. Entienden que esta actitud favorece la no extradición a España y su regreso a Bélgica», explican a Economía Digital fuentes conocedoras de su estrategia.
La estrategia: «Sus abogados le han aconsejado poco show, poca exposición pública»
La fiscalía alemana de Schleswig Holstein solicitó a principios de mes su extradición a España por los delitos de rebelión y malversación, pero debe ser el tribunal superior del land alemán quien tome la decisión. Hasta ahora, el tribunal superior de Schleswig Holstein ha rechazado la entrega por rebelión e incluso ha planteado dudas sobre la malversación.
En un principio, será a finales de mes cuando la justicia alemana tome una decisión. Hasta entonces, Puigdemont se limitará a mantener el guión en su cuenta de Twitter. Apenas ha concedido entrevistas en las últimas semanas y las apariciones que ha hecho han sido para rebajar el tono: ha descartado volver a ser candidato a la Generalitat y ha avalado que la legislatura catalana se agote con normalidad.
Contemporizar con Puigdemont
Al compás de esta estrategia, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, está evitando declaraciones altisonantes sobre la independencia unilateral. Existe el convencimiento entre los soberanistas que el momento aconseja cierta pausa.
Todo aquello que suena a aceleración no pasa de ser una declaración política. No hay hechos consumados. Persisten los recelos, eso sí, entre los socios independentistas. Junts per Catalunya y ERC se miran de reojo, pendientes de algún paso en falso.
Aunque la tensión se ha rebajado, Junts per Catalunya y ERC se miran de reojo
Sectores «hiperventilados» del procés comienzan a lanzar amenazas, pero los estrategas de uno y otro bando permanecen tranquilos mientras dura el período de gracia de 100 días. A unos y a otros les va bien ganar tiempo y tratar de disminuir la tensión política. Ambas partes están convencidas de que este clima no solo favorece los planes de regreso de Puigdemont, sino también la eventual salida de los políticos presos de las cárceles españolas.
Pero hay un factor que puede volver a agitar el panorama: el regreso de Puigdemont a Bélgica y el inicio de las actividades del llamado consejo de la república, la parainstitución que el expresidente huido continúa diseñando a su medida.