El PSC de Terrassa está en shock por la herencia de Ballart
Jordi Ballart dimitió como alcalde del feudo socialista de Terrassa cuando los comuns les estaban pisando los talones
El socialista Jordi Ballart dimitió como alcalde de Terrassa en noviembre pasado. Ahora su sucesor, el también socialista Alfredo Vega, tiene que apechugar con la herencia que les ha dejado, que va desde las quejas ciudadanas por la suciedad urbana o el transporte al victimismo del exalcalde. El PSC teme que no lleguen a tiempo para arreglar el desaguisado dejado por Ballart y pierdan uno de sus feudos históricos, que gobiernan desde la Transición.
Los socialistas siguen descendiendo en las encuestas de intención de voto cuando falta un año y medio para las elecciones de 2019. Un sondeo elaborado antes del verano por los comuns, su principal adversario político, les atribuían ocho concejales, uno menos que en las municipales de 2015 y tres menos de los que obtuvieron en 2011 con Pere Navarro. Ante esta situación, incluso se ha paralizado la remunicipalización del servicio de agua. Esta es la radiografía de Terrassa que ha dejado Ballart:
El defensor municipal del pueblo
Este jueves se eligió en Terrassa al nuevo síndic municipal de greuges (defensor municipal del pueblo) mediante una consulta popular. En realidad, se trató de la repetición de la consulta realizada en diciembre del pasado año, que fue anulada por presuntas irregularidades en el voto telemático. Un informe de la Sindicatura de Greuges de Catalunya, encabezada por Rafael Ribó, recomendó repetir aquella votación por falta de garantías. En 2014, con motivo del décimo aniversario de la creación del síndic municipal, Ballart subrayó la estabilidad, coherencia y el trabajo paciente de esta institución de control de la administración. Sin embargo, desde que Isabel Marquès dejó el cargo en abril de 2016 no se ha renovado hasta ahora.
Una ciudad sucia
Los vecinos se quejan de la suciedad de las calles. El Ayuntamiento ha destinado más recursos (2,5 millones adicionales en el presupuesto de 2017), pero sin solucionar el problema. En los medios se repiten informaciones sobre contenedores llenos a rebosar, acumulación de basuras y de prácticas incívicas. ¿Qué hizo el anterior alcalde? Ballart lanzó una campaña publicitaria. No fue muy bien aceptada por los vecinos por considerar que se les estaba echando la culpa de la suciedad. El nuevo consistorio deberá resolverlo.
Transporte público
El nuevo equipo de gobierno salvó hace unos días gracias al voto de calidad del alcalde, Alfredo Vega, la prórroga de la concesión del servicio de autobús a TMESA. La compañía acumula un historial de incidencias: en los medios locales ha aparecido la fotografía de un autobús con un agujero en el suelo que permitía ver la rueda y el asfalto, un vehículo incendiado, quejas por la antigüedad del parque, … La plataforma Prou Barreres (Basta de barreras), que agrupa a las personas con movilidad reducida, denunció públicamente el año pasado que no funcionaban las rampas. La compañía está participada por el Ayuntamiento (20%) y por CTSA, controlada por el mexicano Juan Carlos Uriarte Amman.
Inseguridad
En los últimos años se han sucedido delitos poco habituales: la detención de un sicario en septiembre pasado acusado de asesinatos por encargo en la Republica Dominicana, un doble crimen de georgianos vinculado a un supuesto ajuste de cuentas, tiroteo en un bar o la repetición de robos con violencia. Al revés de lo que ocurre en Cataluña, que bajan los comicios y los robos con fuerza en los domicilios, en Terrassa han aumentado, según se apunta desde la oposición política.
Papel de víctima
Ballart recibió multitud de ataques en las redes sociales, especialmente por su condición sexual. Unas actuaciones reprobables y que han acabado en los juzgados. Sin embargo, al exalcalde se le critica por su victimismo: todos los grupos municipales han condenado los ataques que ha recibido, pero muchos no comparten su actitud de persona constantemente perjudicada. En Facebook, publicó un mensaje el 12 de septiembre pasado resumió los insultos recibidos empezando por el de botifler (traidor). Asegura que ha recibido fotos amenazadoras de cuchillos. Incluso denunció al digital catalunyaPress por un artículo crítico. Algunos consideran que a veces se ha pasado con el papel de víctima. En declaraciones en Diari de Terrassa, afirmó que se ha aprovechado la polémica de la basura en las calles para atacarle personalmente: “no quiero ver fantasmas, pero puedo decir que se han visto furgonetas abandonando muebles y trastos en diversos lugares de Terrassa”. “No me mire así, le aseguro que no estoy paranoico”, aseguró ante el asombro de su interlocutor.