Las mascarillas de Ayuso incumplen la ley europea de certificación
La Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL) concluye que estos protectores no cumplen con los requisitos mínimos de información
La Comunidad de Madrid inició este lunes el reparto gratuito de mascarillas FFP2 entre sus ciudadanos, unos protectores que incumplen la normativa continental al no revelar el organismo certificado que los ha verificado para que puedan distribuirse en la Unión Europea bajo el sello ‘CE’. Y ante el aluvión de material sanitario defectuoso que ha llegado desde China durante la crisis del coronavirus, en el sector ya se teme que no hayan pasado los controles mínimos en el Viejo Continente.
Tras iniciarse la distribución, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL), la patronal que engloba al 90% de las compañías del sector, envió un informe a la Consejería de Industria de la Comunidad de Madrid en el que alertaba de que las mascarillas repartidas en las farmacias no cumplían ni el Reglamento (UE) 2016/425 ni la norma EN 149:2001+A1:2009.
La conclusión del dossier es clara: «La mascarilla analizada no se ajusta a los requisitos de marcado e información mínimos requeridos en las normas para las cuales alega cumplimiento». “Al ser un producto no conforme con los dos reglamentos, debería ser retirado”, advierten fuentes del sector.
El documento al que ha tenido acceso Economía Digital avisa de que junto a las letras ‘CE’, el fabricante debió incorporar los cuatro dígitos con los que identificar el organismo que presuntamente haya certificado que las mascarillas están acreditadas por la normativa europea, requisito indispensable para incorporar el sello continental.
Las mascarillas no aclaran que puedan ser reutilizables a pesar de que la Comunidad de Madrid diga que duran hasta 24 horas
Tampoco se identifica «el nombre, la dirección y el número de identificación del organismo que ha realizado los procedimientos de evaluación» ni la página web en la que pueda consultarse «la declaración de conformidad de la UE», añade el mismo informe. Este medio se puso en contacto con la administración de la Comunidad de Madrid, pero al cierre de esta publicación no ha obtenido respuesta.
Más allá de no revelar el nombre de la entidad que certificó las mascarillas FFP2, si es que fueron verificadas, la empresa Wenzhou Haoshuo Home Textile tampoco dice en ningún lugar que el material sanitario entregado pueda ser reutilizable como garantiza la Comunidad de Madrid, que le da una vida útil de dos días. En ningún lugar aparece la letra ‘R’ que certifica que el protector se puede utilizar varias veces.
Además, no hay rastro de las instrucciones de limpieza, revisión y desinfección obligatorias. Por tanto, no da pistas al ciudadano de como obrar «durante las 48 que se declaran como tiempo de duración de la mascarilla».
Los residentes de la comunidad de Madrid pueden recoger dos mascarillas FFP2 en cualquier farmacia de la región presentando la tarjeta sanitaria o el DNI. EFE/Rodrigo Jiménez
Por otro lado, el embalaje de la máscara incumple hasta ocho elementos formales a la hora de etiquetar el material sanitario: en el embalaje no se identifica el fabricante –se hace en un documento adjunto–, no dice que sea reutilizable ni da una expectativa sobre su vida útil, no se detallan las condiciones en las que guardar el producto, no se identifica el tipo de mascarilla, no se advierte de la pérdida de eficacia que puede significar tener barba y no se detalla como advertir que el protector no es apto para su uso.
Pero las unidades repartidas no respetan ni siquiera la norma china GB 2626-2006. Según la legislación del país asiático, la propia mascarilla debería incorporar el numeró de la ley, el número del año y el tipo y el grado de los elementos filtrantes, dice el mismo informe.
Las críticas de los médicos a las mascarillas
Las irregularidades detectadas por el informe se añaden a la carta enviada por los jefes de servicio y responsables de medicina preventiva de una quincena de hospitales de Madrid en la que se pedía que no se repartieran mascarillas FFP2 entre la población y se optara por máscaras quirúrgicas. La misiva enviada al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz, decía que este material «puede confundir a la población y no ayudar al control de la transmisión».
El texto lamentaba que entregar estos protectores a los ciudadanos era «una medida desproporcionada», pues habría que destinarlas «a las situaciones en las que están realmente indicadas». Es decir, pedían que se repartiesen entre «trabajadores sanitarios, una prioridad por su mayor riesgo de contagio».
A las mismas tesis se sumaron este lunes las grandes asociaciones de Medicina del Trabajo en España. En una carta firmada por organizaciones como la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo y la Asociación Nacional de Medicina del Trabajo en el Ámbito Sanitario se avisaba que estos protectores «no son adecuados para la población general» y «menos durante días» ya que se pueden contaminar y convertirse en un elemento de transmisión de la Covid-19.
Ante las críticas, la Comunidad de Madrid siempre respondió que la decisión de repartir máscaras FFP2 se tomó después de asegurarse que los sanitarios tendrán «todos los equipos de protección y los tipos de mascarillas necesarios en cada momento». «Hay stock de seguridad», garantizó.