Primera crisis en el grupo de Inteligencia Artificial del Gobierno
El nuevo consejo asesor sufre su primera baja apenas dos semanas después de la creación del organismo
Menos de dos semanas después de anunciar el Gobierno su creación, el consejo asesor de inteligencia artificial atraviesa ya su primera crisis. Alex Pérez Casares, presidente y cofundador de la sociedad de pensadores Altius y uno de los expertos del recién creado comité, ha abandonado su puesto mientras en el sector español de la tecnología se acumulan críticas al Ejecutivo por la presunta impericia técnica de algunos de sus miembros.
El órgano consultivo sobre esta tecnología fue creado por la secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, dirigida por Carme Artigas, que conformó un grupo de expertos de 18 personas hasta el abandono de Pérez Casares.
La renuncia del experto ha sido confirmada a Economía Digital por la Secretaría de Estado, que ha señalado que Pérez ha alegado «incompatibilidad laboral» y se han emplazado para futuras colaboraciones en otro contexto. Otras fuentes, sin embargo, apuntan a «problemas internos» en el funcionamiento de este grupo de trabajo, y señalado que la conveniencia de Alex Pérez en el grupo habría sido tildada de inconveniente poco después de su nombramiento.
La presencia de Pérez Casares en el consejo asesor de inteligencia artificial del Gobierno era una de las pocas vinculada al sector tecnológico español. De hecho, en el sector ha habido muchas críticas respecto de los expertos elegidos por Carmen Artigas y de la falta de expertise de algunos de los miembros, de los que «muchos ni siquiera son del ámbito de la IA».
El abandono de Pérez Casares no hace más que agravar la delicada situación que atraviesa la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos, que ya ha sufrido varias bajas desde que comenzó la pandemia. Tanto trabajadores públicos como asesores han dejado la secretaría, según una información de El Confidencial.
Google y Facebook están dentro
La escasa representación del sector tecnológico español contrasta con la presencia de figuras vinculadas a las grandes tecnológicas del planeta, Google y Facebook, que sí tienen voz en el consejo asesor de inteligencia artificial, toda vez que el público Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) no ha conseguido poner sobre la mesa a algunos de sus principales expertos en la materia.
Se refieren a dos de los miembros del consejo elegidos por Artigas: Pilar Manchón, directora sénior de estrategia de investigación de Google, y Joaquín Quiñoreno, director de aprendizaje automático aplicado de Facebook. Facebook y Google, junto con Apple, Microsoft y Amazon, han invertido en los últimos años cientos de millones en la inteligencia artificial, conscientes de que será uno de los mercados más potentes en un futuro no muy lejano.
El Gobierno intentó maquillar el nombramiento de estos trabajadores de Google y Facebook. En la nota de prensa de Asuntos Económicos, se ha pasado por alto este detalle, informando solo de sus títulos académicos o de otros puestos. Por ejemplo, de Manchón se dice solo que es doctora en lingüística computacional por la Universidad de Sevilla, y de Quiñonero se destaca su doctorado por la Universidad Técnica de Dinamarca.
De Quiñonero también se informó de su trabajo en el pasado como investigador en el Instituto Max Planck de Cibernética Biológica, y aunque se recoge que es «experto en investigación aplicada en visión por computador, reconocimiento de voz, comprensión del lenguaje, personalización y recomendaciones», en ningún momento se indica que precisamente realiza estas labores para Facebook, una de las 15 mayores tecnológicas del mundo por ingresos.
En este contexto, la dimisión de Pérez pesa aún más. Y en el sector tecnológico español echan de menos al CSIC, cuyo Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial lleva trabajando desde 1994 en el área. Más de dos décadas y media de experiencia no han sido suficientes para involucrarle en el consejo asesor, pese a su compromiso con el uso ético de la inteligencia artificial, uno de los presuntos propósitos del comité de expertos.
Por parte del CSIC hay una representante, pero experta en el área de robótica y no especializada en inteligencia artificial (no que la convergencia entre robótica e IA no sea importante). Se trata de la profesora de investigación en el Instituto de Robótica del CSIC, Carmen Torras.
Los miembros del consejo
El Gobierno explicó el pasado 20 de julio que el consejo asesor de inteligencia artificial es «un órgano consultivo que proporcionará asesoramiento y recomendaciones independientes sobre las medidas a adoptar para garantizar un uso seguro y ético de la inteligencia artificial».
Sus miembros «analizarán las implicaciones que estas tecnologías disruptivas supondrán en ámbitos diversos, tales como el de la empresa, la administración y el futuro del trabajo, la protección de los derechos fundamentales, la gestión del dato, la lucha contra la discriminación o la eliminación de brechas sociales».
Algunos de los expertos españoles que lo conforman son Amparo Alonso, catedrática de ciencias de la computación e inteligencia artificial; Juan Luis Arsuaga, doctor en ciencias biológicas y catedrático de paleontología; Ricardo Baeza-Yates, fundador del grupo de ciencias dela web y computación social de la UPF; y Manuel Cebrián, líder del grupo de investigación de movilización digital del Instituto Max Planck.
El consejo asesor también cuenta con la participación de Asunción Gómez, directora del máster y doctorado en IA de la UPM; Emilia Gómez, investigadora del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea; Francisco Herrera, director del Instituto Andaluz Interuniversitario en Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial; Lorena Jaume Palasí, directora de Algorithmwatch; y José Ignacio Latorre, catedrático de física teórica.
Completan el grupo los citados Manchón, Torras y Quiñonero; Inmaculada Martínez, pionera de innovación y digitalización; Luz Rello, investigadora de tecnologías de la información; Pablo Rodríguez, investigador en desarrollos tecnológicos a largo plazo sobre tecnologías disruptivas; Antonio Torralba, jefe de la facultad de IA del MIT; y Rafael Yuste, neurobiólogo impulsor del proyecto BRAIN.