Podemos usa el coronavirus para impulsar un nuevo ‘impuestazo’
Iglesias quiere sustituir el impuesto de patrimonio por un gravamen sobre los patrimonios netos superiores al millón de euros
Unidas Podemos empieza a dar forma a sus propuestas de incrementar la presión fiscal para poner en dificultades la relación de Cs y el PSOE tras la última votación del estado de alarma. Iglesias pretende sustituir el impuesto de patrimonio por un nuevo gravamen sobre las grandes fortunas de entre el 2% y el 3% a los grandes patrimonios que superen el millón de euros.
Los morados creen que con este impuesto se podría recaudar hasta el 1% del PIB y unos 11.000 millones de euros. La propuesta quiere dejar la vivienda habitual hasta 400.000 euros y comenzar a gravar los patrimonios netos a partir del millón de euros: un 2% hasta los 10 millones; un 2,5% hasta 50 millones; el 3% hasta 100 millones y el 3,5% a partir de es volumen.
El nuevo impuesto, que el grupo confederal llevará a debate a la Comisión del Congreso para la reconstrucción económica y social tras la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, serviría para sustituir al Impuesto de Patrimonio y las administraciones autonómicas no podrían bonificarlo.
El coronavirus, la excusa
Unidas Podemos justifica la necesidad de este impuesto en la crisis del coronavirus, y el apoyo que requiere en forma de inversión pública, pero también por el aumento de la desigualdad de renta producida en la década anterior, que ha provocado «una fuerte concentración de la riqueza».
«El 1% de la población con mayor patrimonio acapara una cuarta parte de la riqueza del país, mientras que el 20% más pobre solo posee el 0,1% de la riqueza», argumentan desde Unidas Podemos a Europa Press, recalcando además que ya antes de esta crisis, tanto en Estados Unidos como en Europa, había propuestas para establecer nuevos impuestos progresivos sobre los grandes patrimonios, con el horizonte también de buscar el 1% del PIB.
Entre las necesidades derivadas de esta crisis, la coalición de izquierdas cita la reconstrucción de partes del tejido productivo deterioradas por los efectos de la pandemia, y el refuerzo de la investigación y servicios públicos como la Sanidad, la atención social o las residencias.