Pfizer da con la solución para distribuir la vacuna pese a tener que estar a -80º
La farmacéutica estadounidense diseña un prototipo en polvo de su vacuna del coronavirus para sortear los problemas de la baja temperatura
La distribución a gran escala de la vacuna del coronavirus se ha convertido en el nuevo reto de la comunidad científica. Con la aprobación del prototipo de la farmacéutica Pfizer a la vuelta de la esquina, los desarrolladores han dado con una solución para sortear la dificultad de transportar sus viales que requieren conservarse a 80 grados centígrados bajo cero: la creación de una vacuna en polvo.
Esta nueva versión liofilizada del antígeno pondría fin al gran hándicap para distribuir la vacuna más completa del mercado internacional, que ha alcanzado una efectividad del 95% en sus ensayos con humanos. Por encima, incluso, de la de Moderna que ha demostrado ser eficaz en el 94,5% de las ocasiones.
El proceso de liofilización permite eliminar el agua de un producto farmacéutico, un procedimiento común en la fabricación de otro tipo de vacunas. Sin embargo, todavía es necesario llevar a cabo una extensa investigación para lograr realizar con éxito el proceso en un antígeno completamente nuevo como el de la Covid-19.
«Las basadas en proteínas son muy fáciles de liofilizar, pero las de Pfizer, como las de Moderna, se basan en ARN y lípidos, que son extremadamente difíciles de liofilizar. Todavía es una terra incognita, la experiencia es poca», ha explicado el inmunólogo de la Universidad Estatal de Milán, Sergio Abrignani, al Corriere della Sera.
Desarrollar una vacuna en polvo implicaría además volver a realizar un ensayo de fase tres con decenas de miles de voluntarios para poder comprobar si es igual de efectiva que la inyección convencional. Un requisito que condena a esta vacuna a retrasarse en el tiempo y a enmarcarse dentro de la segunda generación de antígeno, junto con otras atrevidas propuestas como las vacunas nasales.
La vacuna de Pfizer es la más difícil de transportar
La vacuna de Pfizer es la más efectiva pero también la más difícil de transportar, lo que complica su distribución en todo el mundo. La compañía preparará paquetes con los viales que irán rodeados de hielo seco para garantizar una temperatura de -80 grados centígrados. Una vez que se descongele, solo podrá permanecer cinco días estable en un refrigerador antes de perder todas sus propiedades. A temperatura ambiente deja de ser eficaz en apenas dos horas de exposición.
La gran dificultad beneficia a algunos de sus competidores como Moderna o Astrazeneca que están ultimando también los lanzamientos de sus vacunas de cara a final de año. El prototipo británico es el menos eficaz hasta el momento con un porcentaje del 70,4%, sin embargo es el más fácil de transportar. Debe conservarse a una temperatura controlada de entre 2 y 8 grados. Algo fácil de conseguir en un congelador convencional.
España todavía no ha dado pistas sobre cómo podrá conservar millones de dosis de la vacuna a baja temperatura para empezar su campaña de vacunación. Tanto el presidente Pedro Sánchez como el ministro de Ciencia, Pedro Duque, se han mostrado confiados en poder lograrlo pero no han aclarado cómo. El peso recaerá en los cerca de 13.000 centros de atención primaria que se encargarán de suministrar el antígeno a la población.