Pedro Sánchez comunica al PSOE dos fechas para las elecciones
El líder del PSOE maneja dos planes para convocar elecciones generales: el primero que tiene sobre la mesa es un superdomingo solapado con las municipales
«La primera fecha posible para unas elecciones generales es el 26 de mayo, el mismo día que las municipales». Un dirigente socialista próximo a Pedro Sánchez ha llegado a esta conclusión después de conversar con el presidente del Gobierno y de felicitarse por su iniciativa de presentar el próximo mes de enero ante el Congreso el proyecto de presupuestos del Gobierno.
Sánchez había contemplado seriamente la posibilidad de no presentar los presupuestos ante el Congreso al no tener la garantía para su aprobación. La idea de evitar una derrota en el Congreso desesperaba a buena parte de dirigentes socialistas porque la veían impropia de un presidente del Gobierno con proyecto.
«Los presupuestos hay que presentarlos, normalmente ese es el proceso general que se sigue», dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, uno de los pocos que se atrevió a decir en público lo que otros decían en privado.
Finalmente, Sánchez ha recapacitado y ha decidido que acudirá al Congreso en busca de una victoria política en el debate presupuestario para compensar la previsible derrota parlamentaria. «Los periodistas dais por hecho que Pdecat y ERC no van a apoyar los presupuestos por las declaraciones de sus dirigentes, pero yo veo, en todo caso, que el escenario está abierto, que hay alguna posibilidad», dicen los socialistas, que se resisten a asumir el voto negativo anunciado por los independentistas catalanes.
«Resistir todo lo que sea posible»
¿Qué ocurre si el Congreso tumba los presupuestos? «Hay dos opciones: la primera es asumir que el Gobierno no tiene apoyos para desarrollar su proyecto y que hay que convocar elecciones. La primera fecha posible es el 26 de mayo: un superdomingo que coincida con las municipales y europeas. La segunda es tratar de resistir más tiempo, todo lo que sea posible para tratar aplicar nuestras medidas sociales como podamos», analizan fuentes socialistas.
Este segundo escenario llevaría la cita de las generales a otoño, puesto que desde la convocatoria deben transcurrir un mínimo de 54 días hasta su celebración para habilitar el período de campaña. Teniendo en cuenta que Sánchez querrá dar un margen para que se configuren los pactos municipales y autonómicos tras el 26-M y el período de vacaciones de verano, las elecciones se situarían en octubre.
La pregunta es cuánto puede resistir el Gobierno de Sánchez en un contexto claramente preelectoral, sin el apoyo de Podemos, que se juega su futuro político en el mismo espacio electoral que el PSOE, y con PP y Ciudadanos entregados al derribo del ejecutivo socialista.
Pero los problemas pueden acumularse si el PSOE sufre un retroceso en las próximas municipales y autonómicas. Una pérdida de posiciones en ayuntamientos y comunidades donde mantiene el control con mayorías inestables contribuiría a desgastar definitivamente las siglas socialistas.
Sánchez medita sobre todo ello con una sola tranquilidad: no tomará una decisión hasta comprobar el desenlace del debate presupuestario.