El País Vasco vuelve a los mercados esperando una gran acogida
El gobierno de Iñigo Urkullu pone en el mercado este martes la primera emisión del bono sostenible vasco para conseguir 500 millones de euros
La emisión de “bonos patrióticos” ha caído en el olvido. Con este tipo de productos financieros, algunas comunidades autónomas, especialmente Cataluña, habían satisfecho en el pasado sus urgencias de tesorería. Ahora se imponen otros tipos de bonos, los llamados “verdes”, “sociales” o “sostenibles”.
El gobierno vasco pondrá en el mercado este martes la primera emisión de lo que denominan “Bono Sostenible Euskadi” (BSE). Planean conseguir 500 millones de euros para destinarlos a proyectos sociales (81%) y verdes (19%) relacionados con la vivienda, empleo, transporte y energías renovables.
Desde la consejería de Economía y Hacienda vasca, encabezada por Pedro Azpiazu, se precisa que no será la última emisión de bonos sostenibles. Ni la de mayor importe. Dan por hecho de que serán un éxito.
En realidad, los bonos sostenibles no son ninguna novedad. Cuatro organismos públicos españoles han recurrido en los dos últimos años a estos productos para financiarse.
La Comunidad de Madrid ya ha efectuado tres emisiones por un valor conjunto de más de 1.000 millones de euros; el Ayuntamiento de Barcelona obtuvo el año pasado 35 millones de euros para equipamientos escolares y ciudadanos; el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha sacado más de 2.000 millones de euros para proyectos sociales de comunidades autónomas. Incluso el gestor de infraestructuras ferroviarias Adif consiguió 600 millones de euros.
Las autonomías se agarran a los bonos sostenibles: después de Madrid y Euskadi viene Aragón
Las comunidades autónomas han tomado buena nota. El gobierno de Aragón, liderado por el socialista Francisco Javier Lambán, prepara el lanzamiento de una emisión de bonos sostenibles este mismo año por 300 millones de euros, según informaciones de la prensa aragonesa.
A diferencia de los llamados “bonos patrióticos”, con los que se cubrían urgencias coyunturales de todo tipo, los bonos sostenibles únicamente se pueden dedicar a financiar o refinanciar proyectos sociales o ecológicos previamente fijados. Una entidad auditoria debe acreditar a que se destinarán los fondos antes de contraer la deuda.
En el caso del bono sostenible vasco, de la homologación del proceso se ha encargado a Sustainalytics, una corporación especializada en este tipo de productos con sede en Ámsterdam (Holanda). El consejo Pedro Azpiazu realizó la semana pasada un road show para presentar el bono a inversores que le llevó a París, Frankfurt, Dusseldorf, Madrid y Bilbao.
Tipos bajos
El interés de los bonos se concretará este martes. Habitualmente, se les aplica tipos bajos por la naturaleza de los objetivos sociales a los que se destinan. El gobierno de Iñigo Urkullu presume de fortaleza económica y bajo endeudamiento para conseguir condiciones más ventajosas.
Este producto financiero será operado por BBVA, Crédit Agricole, HSBC, CIB, Norbolsa y Banco Santander.
No sólo las administraciones y organismos públicos recurren a esta forma de financiación. Grandes corporaciones como Repsol, Gas Natural o Iberdrola han emitido bonos verdes. La eléctrica de José Ignacio Sánchez Galán se lleva la palma, con cerca de 5.000 millones de euros desde 2014.