Las vacunas de Moderna y Pfizer: así se compara su eficacia con las de la gripe y varicela
La mayoría de los expertos esperaban una eficacia del 70%, por lo que los primeros resultados son esperanzadores
En las últimas semanas Pfizer y Moderna han anunciado que sus vacunas contra el coronavirus, que se encuentran en la última fase de ensayos clínicos, han demostrado una eficacia en torno al 95% a la hora de prevenir los contagios.
La noticia ha sido acogida con entusiasmo por los mercados, la industria y los expertos, que, aunque se muestran cautelosos, celebran los resultados y aseguran que son prometedores.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos dijo que cualquier vacuna contra el coronavirus debe tener al menos un 50% de efectividad para obtener la autorización. La mayoría de los expertos esperaban una eficacia del 70%, por lo que la información es muy esperanzadora.
Sin embargo, las compañías han anunciado los resultados mediante un comunicado de prensa y no han sido publicados todavía en ninguna revista científica, por lo que hay que ser prudentes a la hora de sacar conclusiones.
La eficacia de las vacunas depende de cuánto se reduce la incidencia de casos entre la población que ha sido vacunada.
El anuncio de Moderna se basa en 95 casos de Covid-19 entre los 30.000 participantes en su ensayo clínico de fase 3. De ese grupo, 90 personas habían recibido el placebo. Es decir, solo 5 de los vacunados enfermaron.
Por su parte, los últimos anuncios de Pfizer se basan en 170 participantes que enfermaron de Covid-19 en su ensayo de más 43.000 participantes del estudio.
Así es como la eficacia de las vacunas de Pfizer y Moderna se comparan con las de otras vacunas, según los datos anunciados por las compañías y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
La eficacia de la vacuna contra la gripe se ha calculado sobre el promedio anual de 2009 a 2019. La eficacia de la vacuna contra el coronavirus de Moderna y Pfizer se basa en los resultados de los primeros ensayos clínicos.
Las vacunas requieren una segunda dosis y su eficacia se ve favorecida por la estabilidad del virus
Tanto en el caso de la vacuna de Pfizer como en la de Moderna, la eficacia es dependiente de la dosis, por lo que ambas necesitan una segunda inyección.
Esto no es necesariamente negativo, pero sí que aumenta los costes de distribución y de producción de unas vacunas que ya de por sí tienen unas necesidades de almacenamiento muy exigentes, especialmente la de Pfizer, que necesita mantenerse a 70 grados bajo cero.
Por otro lado, una característica del coronavirus que ha jugado a favor de los fabricantes de vacunas es que no está mutando de forma determinante, por lo que las vacunas que se desarrollen deberían ser efectivas aunque necesiten dosis de refuerzo en el futuro.
En el caso de la gripe, por ejemplo, el hecho de que cada año se propague una cepa nueva hace que la eficacia de las vacunas sea menor.
Faltan datos para conocer la capacidad real que pueden jugar las vacunas en el control de la propagación
Un desafío común a todas las vacunas que lleguen a comercializarse es que no se sabrá durante cuánto tiempo garantizan protección.
«No sabemos en este momento cuál será la duración de la protección», ha asegurado recientemente Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, tal y como recoge STAT.
Isabel Sola, científica titular y codirectora junto a Luis Enjuanes del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aseguraba en una entrevista anterior con Business Insider España que las vacunas que hayan completado los ensayos podrán ponerse en el mercado con la tranquilidad de que son vacunas «seguras y eficaces».
«No sabremos cuánto dura la inmunidad, porque no habrá dado tiempo a seguir a los voluntarios durante mucho tiempo», reconocía aun así Sola, «pero será el único interrogante. Por lo demás, serán seguras e inducirán inmunidad».
Por otro lado, el diseño de los ensayos de ambas vacunas tiene algunas limitaciones que hace que sea difícil saber cuál es su eficacia real en algunos caso. Ni Moderna ni Pfizer evalúan si la vacuna previene las infecciones y las enfermedades sintomáticas, que son la clave para controlar la propagación del virus.
«Los datos que tenemos son que estas vacunas te protegen contra enfermedades graves, pero no significa que no puedas infectarte y pasarla a tu paciente, a tu vecino, a tu cliente o a quien sea», advierte Ruth Karron, que dirige el Centro de Investigación de Inmunización de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, a Science.
Noticia original: Business Insider
Autora: Ana Zarzalejos