Mascarell rompe con el Pdecat y se presenta a la alcaldía de Barcelona
El candidato, avalado por el entorno de Puigdemont, anuncia que se presenta en solitario como forma de presión en busca de una unidad hasta ahora imposible
Ferran Mascarell, exconcejal, exconseller, actual delegado de la Generalitat en Madrid, impulsor de la Crida Nacional per la Republica y candidato de Carles Puigdemont a liderar una lista conjunta de la Crida y el Pdecat, se ha postulado este lunes como alcaldable por Barcelona.
La maniobra significa la ruptura, al menos temporal, con el Pdecat, cuya candidata, Neus Munté, anunció a finales de septiembre un acuerdo con Mascarell, con el exconseller Quim Forn y con el presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez —uno de los líderes de la Crida—, para elaborar una lista conjunta a las municipales en la capital catalana.
Tras aquel anuncio, ha habido contactos, sí, pero ni una reunión con la presencia de los cuatro. Y Mascarell ha optado por romper la baraja. Ahora bien. ¿Es el candidato de Puigdemont? Tanto él como su puesta en escena pretenden hacer creer que es un candidato «independiente». Mascarell insistió en que la decisión de dar el paso ha sido «personal» y negó ser el alcaldable de la Crida.
Principalmente, alegó, porque la formación puigdemontista no completará su proceso fundacional hasta el 19 de enero y, por tanto, «no tiene aún una dirección que tome decisiones estratégicas» ni tampoco un candidato, que Mascarell aventuró que no llegará a tener.
El núcleo duro de Puigdemont
Pero el caso es que el exconseller ha diseñado su candidatura de la mano de Junts per la Republica, un sector de Junts per Catalunya integrado por miembros del núcleo duro del puigdemontismo, como los diputados Aurora Madaula, Antoni Morral o Josep Riera, presente en el acto de este lunes, y también Agustí Colomines, uno de los ideólogos de la Crida, que tomó el micrófono para verbalizar su apoyo a Mascarell.
Colomines advirtió que «el camino a la república pasa por tomarse en serio que Barcelona es capital». «Lo más importante ahora es ganar tantas alcaldías y concejales para las candidaturas republicanas como sea posible, pero si no ganamos de manera holgada en Barcelona, no será posible», dijo. De ahí que Mascarell abogue por que el soberanismo gane las municipales en Barcelona y pueda gobernar «con 21 concejales», que son los que marcan la mayoría absoluta en el consistorio barcelonés.
El alcaldable insiste en que no quiere plantear las elecciones «en términos de caras, sino de proyecto», dice que las municipales serán, como las del año 31 o las de 1979, «un referéndum sobre el modelo de ciudad y sobre el modelo de país» y sigue apelando al diálogo y a la unidad. Es decir, que concibe su portazo como una maniobra de presión más sobre el Pdecat. Pero no solo. «Emplazo a todos, la gente de ERC, del Pdecat, de la ANC… La unidad quiere decir tener un gobierno mayoritario», añadió.
El pulso con la ANC y el Pdecat
La referencia a la Assemblea Nacional Catalana se refiere a las primarias promovidas por Jordi Graupera, que Mascarell considera «una buena idea mal ejecutada» porque se hacen «para decidir el orden de una lista pero sin un proyecto compartido». El exconseller asegura que se ha pasado un año tratanto de pactar una lista soberanista unitaria «a partir de un proyecto compartido», y dejando la decisión sobre quién sería el alcaldable para una convención y unas primarias, pero finalmente «no ha sido posible» por falta de acuerdo con el Pdecat.
De momento, la única cara de su candidatura es la suya, y sobre el proyecto, más allá de insistir en la importancia de combatir el «populismo españolista» desde el soberanismo pero también en la de tener un modelo de ciudad, poco más explicó. Mascarell se remite a enero. Será entonces cuando presentará su «agenda para la ciudad», que adelanto que «será revolucionaria», y dará más detalles sobre su candidatura.