Los políticos del 1-O: presos vip de Lledoners
Una denuncia interna confirma los rumores: los políticos catalanes reciben un tratamiento diferenciado respecto al resto de reclusos
Se asume que la cárcel involucra una limitación de los privilegios y la libertad, y esto es cierto para la mayoría de los presos, aunque no para los políticos del 1-O. Una denuncia interna del módulo 2 de la cárcel de Lledoners (Barcelona) revela las complicidades y excenciones de que gozan los líderes independentistas presos, que se sirven de su tiempo en la cárcel para hacer política.
El testimonio de un jefe de servicio es el primer documento que confirma oficialmente los privilegios extraordinarios de los presos independentistas. El informe da cuenta de lo sucedido el 1 de octubre, durante el aniversario del referéndum ilegal y en la celebración de cumpleaños del ex número uno de la ANC, Jordi Sànchez, cuya fiesta se extendió hasta tarde en el patio de Lledoners cuando el resto de presos ya estaban en sus celdas.
Delegación de la Generalitat en Lledoners
Lledoners es casi una sede de la Generalitat, pues además de Sànchez allí se encuentran Oriol Junqueras, Raül Romeva, Josep Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn y Jordi Cuixart. Las reuniones y visitas no cesan, según habían denunciado ya algunos presos en privado, y como confirma ahora el informe interno de la cárcel. Muchos de estos políticos salieron del Govern, pero el Govern les siguió hasta la prisión.
Esto se traduce en una agenda intensa de actividades, reuniones e invitados, así como otros agasajos impensables para otros reclusos, y fiestas hasta tarde. No faltan tampoco espléndidos pasteles considerados como caprichos para quienes deben limitarse sólo a la oferta gastronómica carcelaria.
El Mundo reveló la denuncia del jefe de servicio, que ahora espera la respuesta del director de la cárcel. El rotativo señala también que los privilegios de los presos del 1-O no son solo en materia de dieta, sino que también es evidente que reciben muchas e irregulares visitas de políticos hasta médicos ajenos al sistema penitenciario convencional. Es como si estuvieran encarcelados, pero en un universo paralelo.
La cárcel de Lledoners es un «auténtico centro de poder y oficina de gestión de la estrategia soberanista». Los políticos presos catalanes casi no pasan tiempo en sus celdas, excepto para dormir, y más bien burlan el sistema de visitas para pasar por «autoridades» a todo tipo de invitados, como «antiguos subordinados, ex diputados o personal político deseosos de mostrarles su afecto, su solidaridad o su calculado interés».
Son tan libres los presos del 1-O que ni siquiera deben acogerse a los márgenes temporales de visitas que deben respetar los otros reclusos. Sus reuniones en la cárcel duran como mínimo hora y media, y lo que los dejen extenderse.