La pasividad de Colau empuja a los restauradores a vigilar el orden público
Los pubs del Born resisten la dejadez de la alcaldesa y fichan a un grupo de "agentes cívicos" para vigilar a lateros y carteristas
«La dejadez municipal en el Born no cesa de multiplicarse desde hace un par de años». La frase es de Ariel Piera, uno de los restauradores del barrio barcelonés que contrataron un servicio de vigilancia privada para vigilar el orden público ante la pasividad de Ada Colau.
Cuatro vigilantes privados, contratados por los administradores de 14 pubs en las cercanías del paseo del Born, recorren las calles del barrio durante las noches para incomodar y alejar a los lateros y carteristas de la zona, en respuesta a la presencia insuficiente de la Guardia Urbana.
La «dejadez» de Colau «se manifiesta en una creciente permisividad», afirmó Piera, fundador del Cactus Bar. «Los lateros hacen lo que les da la gana», «la Guardia Urbana apenas se deja ver» y «estamos perdiendo clientes de calidad», son algunas de las quejas que comparte con otros restauradores.
Las promesas estériles de Colau
Los comerciantes del Born recuerdan que ya ha pasado un mes desde que se reunieron con Colau y la edil de Ciutat Vella, Gala Pin. En el encuentro, los restauradores mostraron su preocupación de que «la dejadez se agravara en verano», dijo Marta Domingo, de la asociación de comerciantes, a La Vanguardia.
«Volvimos a decirles que las calles están sucias y llenas de desconchones», recordó Domingo. Pero la reunión dio pocos frutos. Colau y Pin dijeron que todo cambiaría, «pero no hemos vuelto a tener noticias suyas». «Llevamos dos años buscando la complicidad del Ayuntamiento», lamentó.
«También les pedimos que quitaran los urinarios de plástico puestos junto a las terrazas de la plaza Comercial, porque apestan», pero «ahí siguen», comentó Domingo.
Vigilancia privada ante la pasividad del Ayuntamiento
La iniciativa de la vigilancia privada en el paseo del Born toma fuerza las noches de los fines de semana, cuando los agentes cívicos se acercan a los vendedores ambulantes y les recuerdan que la ilegalidad de sus operaciones.
«Si no hacemos nada al final seremos los pubs quienes paguemos los platos rotos», afirmó el restaurador Yerovi Plumey, del bar Mix. «Si el Ayuntamiento no hace su trabajo nosotros nos vemos obligados a hacer algo. Por ello ponemos estos agentes cívicos», agregó.
«Los lateros están atrayendo a una gente que no entra en los pubs, que se pasan la noche bebiendo latas en los bancos del paseo, cantando, bailando y montándose la fiesta en plena calle hasta la madrugada. Todo se está echando a perder», comentó Plumey.
Comerciantes del Born, sobre el Ayuntamiento de Colau: «A veces tenemos la impresión de que prefieren que la zona se degrade»
«Muchos clientes de toda la vida ya no tienen ganas de venir al paseo del Born. Ya no les gusta el ambiente. Y los vecinos se quejan cada vez más», concluyó el administrador del Mix. «Vienen jóvenes con escaso poder adquisitivo con muchas ganas de hacer lo que no hacen en sus países», sumó Piera.
Los hosteleros no entienden la actitud del Ayuntamiento hacia su negocio, manifestó Cristián Rubio, administrador del Mamainé. «Las inspecciones a los establecimientos sí que son muy habituales. A veces tenemos la impresión de que prefieren que la zona se degrade, que las cosas vayan a peor», dijo.
La iniciativa es dirigida por Joan Torrent, jefe de seguridad de la sala Màgic y director de seguridad de la empresa Blau Control. «No confiscamos latas ni nada parecido. Y a los carteristas simplemente los seguimos a una distancia prudencial. Si les estás mirando todo el rato no pueden ponerse a robar», defendió.