La redacción del diari Ara asume que no se publique el anuncio del 1-0
Los trabajadores del Ara asumen la posición de la empresa editora, con Ferrán Rodés a la cabeza, de que es más importante proteger el rotativo
La redacción del diari Ara, en una asamblea con carácter informativo, ha asumido la posición de la empresa editora, que preside Ferran Rodés, según la cual es preferible proteger el rotativo y no publicar el anuncio de la Generalitat sobre el referéndum del 1-O.
Con esa posición se cierra, por ahora, un conflicto suscitado tras la renuncia a publicar ese anuncio, después de haber apostado desde su fundación por el soberanismo, y con una defensa cerrada a favor del referéndum de autodeterminación, a pesar de ser considerado ilegal por el Gobierno español.
Las redes sociales han reflejado en los últimos días una gran polémica, con un mensaje de Oriol Soler, el editor que dirige el Grup Cultura 03, y asesor en estos momentos de Carles Puigdemont, como miembro del sanedrín que diseña la estrategia sobre el referéndum. Soler aseguró en su cuenta de Twitter que lamentaba la decisión de no publicar el anuncio del referéndum, en un momento en el que se especulaba, en los dos últimos meses, con su vuelta como accionista del diaro, que fundó junto con Ferran Rodés en 2010.
Diversos articulistas soberanistas han incidido en las contradicciones de un diario soberanista, en un juego de intereses que denota una competencia en ese campo, con diversos medios pugnando por la audiencia independentista.
La polémica se ha intensificado porque Oriol Soler, cofundador del Ara, lamentó la decisión
La empresa del diario Ara emitió un comunicado defendiendo su posición, para no poner en peligro el rotativo. Y su directora, Esther Vera, escribió un artículo en el que fijaba la premisa de que el objetivo número uno es informar. “Sólo los ciudadanos tendrán la capacidad de continuar ofreciendo dignidad a los pasos que se sigan. Cada uno desde su posición y con su responsabilidad sabrá cómo puede servir mejor al país. Desde el diario Ara lo haremos garantizando la libertad de expresión y la información veraz y la opinión libre. La única cabecera útil es aquella que continua informando de forma veraz y publicando las opiniones más diversas. Informaciones y opiniones que algunos preferirían silenciar. No lo facilitaremos”.
El caso es que se trata de una circunstancia que trasciende al medio de comunicación y evidencia un debate en el seno de la sociedad catalana. ¿Se quiere o no iniciar un proceso en contra de la Constitución española asumiendo todas las consecuencias? ¿Hasta qué punto se trata de un movimiento de insurgencia o se buscará un acuerdo en el último minuto?
La escritora Empar Moliner pide en el Ara publicar el anuncio, pero entiende el temor
Las contradicciones se centran en la propia figura de Ferran Rodés, uno de los principales ejecutivos de Havas Media, la central de medios, que, como otras centrales, ha rechazado gestionar la publicidad del referéndum. En esa circunstancia, un empresario con dos sombreros, Rodés no ha querido poner en peligro ni la empresa ni el diario del cual es uno de los principales accionistas.
Pese a que los trabajadores del Ara están identificados con el proceso, han asumido las explicaciones de la empresa, con el objetivo de servir a sus lectores, pese a algunas bajas de suscriptores o algunos que han dejado de seguir al diario en las redes sociales.
Una de sus principales firmas, la escritora Empar Moliner, ha pedido en su columna de este martes que querría que el Ara publicara los anuncios institucionales y privados del referéndum del 1-O, pero que “si lo cerraran mañana sería una catástrofe”. Moliner refleja las contradicciones en su propia persona, asegurando que no sabe muy bien lo que le pide al diario en el que escribe. Pero que entiende que debe pedir esa publicación, porque “muchos de los que escribimos en el Ara creemos que tendremos República y si el Ara no publica el anuncio nos convertimos sólo en unos teóricos”. Y añade “Yo tengo miedo, por eso corro tanto”.
El hecho demuestra que el cruce de intereses y las contradicciones de la propia sociedad catalana serán vitales para conocer hasta qué punto se desarrollará en las próximas semanas un pulso total con el Estado.