La prórroga de los ERTE discrimina a los parados
La prórroga de los ERTE bloquea que los trabajadores vean reducida su prestación del 70 al 50%, pero la decisión no se traslada a los desempleados
Quedarse en el paro durante la pandemia queda desde ahora penalizado. El acuerdo firmado entre la patronal empresarial CEOE, el Gobierno y los sindicatos blinda que los trabajadores en ERTE, una vez transcurridos seis meses, mantengan una prestación equivalente al 70% de su base reguladora de cotización. Aplicando la normativa en vigor hasta el martes, se habría reducido al 50%.
Una medida que, a pesar de la crítica situación que vive el mercado laboral español, no se ha extendido a los parados desde que saltó la crisis. Los que perdieran su empleo en marzo ya verán recortada la prestación en octubre del 70 al 50%. Una situación a la que también se enfrentan los españoles que, ya parados antes del estado de alarma, no hayan conseguido un empleo a lo largo de los últimos meses.
Desde febrero y hasta agosto, de acuerdo con los datos del SEPE, la cifra de demandantes de empleo se ha incrementado en 556.767 personas, hasta alcanzar los 3,8 millones de personas. Aquellos que tienen derecho a la prestación por desempleo se enfrentan ahora a una situación de mayor vulnerabilidad que los que continúan en ERTE, que, además. han conseguido blindar su situación de cara a 2021. Si son despedidos durante el próximo año, conservarán los derechos adquiridos y tendrán intacta su presentación por desempleo.
A pesar de la intensa campaña del Gobierno del PSOE y de Unidas Podemos contra la reforma laboral, desde que comenzara la legislatura -y la crisis del coronavirus- no han replantado modificar el subsidio, aunque las posibilidades de encontrar un empleo en el actual contexto económico es cada vez más complicado.
Fuentes consultadas explican que hasta 2011, cuando un desempleado consumía sus primeros seis meses de paro, la prestación se reducía del 70% al 60%. La reforma, que sigue en vigor, amplió esa reducción hasta el 50%.
El Gobierno, sin embargo, sí ha cambiado algo de aquella reforma, pero no la reducción de la prestación. Ha vuelto a reducir desde los 55 a los 52 años la edad de quien se puede beneficiar de un subsidio por desempleo -habiendo ya consumido la prestación- hasta la edad de jubilación.
La crítica situación del desempleo
Una las razones de ser de los ERTE es evitar que las cifras de paro crezcan de forma relevante por la crisis del coronavirus, que, en teoría, debería ser pasajera. Por el momento, la prórroga de estos expedientes se ha ampliado hasta el 31 de enero y se ha reestructurado por sectores.
Los economistas reconocen que gracias a los ERTE el impacto de la crisis en el empleo será mucho menos grave, pero también avanzan que se incrementará el desempleo. Los trabajadores con contratos temporales son los más perjudicados, ya que sufren por las no renovaciones de los contratos y por la menor demanda de trabajadores que provoca la crisis.