La dexametasona, el ‘milagro’ contra el coronavirus para casos graves
La OMS celebra el hallazgo de la dexametasona pero advierte de sus riesgos y recuerda que solo se debe suministrar bajo supervisión médica
La Organización Mundial de la Salud (OMS) felicita a los hospitales británicos por el descubrimiento sobre la dexametasona y su capacidad para reducir un quinto la mortalidad del coronavirus. La entidad sanitaria advirtió que este fármaco debería ser administrado en hospitales y solo a pacientes muy graves.
Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, defiende que la OMS apoya tratamientos o vacunas que permitan frenar la propagación de la pandemia de coronavirus: La dexametasona permite acelerar la recuperación de los pacientes graves pero no es eficaz en pacientes con síntomas leves».
«Según los científicos británicos, de la Universidad de Oxford, este es el primer tratamiento que reduce en un quinto la mortalidad de pacientes, infectados por el SARS-CoV-2, que se encuentran bajo asistencia respiratoria con oxígeno y en un tercio los que están asistidos por ventilador», explicó.
Fármaco peligroso
Este esteroide se usa habitualmente para reducir la inflamación que provocan enfermedades como el cáncer. En 1977 fue incluida en la lista de medicamentos esenciales de la OMS y por este motivo no está sujeta a patente y puede encontarse con facilidad por todo el mundo.
El director ejecutivo de la OMS, Michael Ryan, advierte que pese a la alegría por el hallazgo, «la población tiene que actuar con cautela ya que esta es una droga muy potente que sólo puede ser utilizada bajo supervisión médica»: «No se trata de un tratamiento preventivo ni tampoco un tratamiento para frenar el virus».
La jefa de los servicios clínicos de la OMS, Janet Díaz, va más allá: «Ningún efecto ha sido demostrado en pacientes leves de Covid-19». «Estos avances son significativos pero todavía necesitamos recibir los detalles de este hallazgo», defiende.
Los investigadores británicos creen que el descubrimiento es un «avance importante» y sugieren que este corticoide se convertirá en un tratamiento de pacientes con formas severas de coronavirus. Si se hubiera usado desde el principio de la pandemia, unas 5.000 personas menos habrían muerto en Reino Unido.