La cura del virus: 100 millones de dosis de cloroquina a 50 países
La cura del coronavirus a través de la hidroxicloroquina podría ser precipitada teniendo en cuenta los efectos secundarios graves que puede desencadenar
Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la cloroquina —o hidroxicloroquina— como una posible cura para el coronavirus, el optimismo y la compra de este medicamento se expandió en todo el mundo. Tanto es así que el grupo farmacéutico francés Sanofi quiere aumentar su capacidad de producción para suministrar hidroxicloroquina a tantos países como sea posible. Por ello, ha anunciado que administrará 100 millones de dosis de hidroxicloroquina a 50 estados.
Sin embargo, todavía quedan muchas preguntas abiertas, entre las cuales se encuentran los efectos secundarios graves que podrían llegar después de la cura del virus. Además, grandes estudios actualmente están probando si la antigua medicación contra la malaria realmente ayuda contra la enfermedad pulmonar severa que el virus Sars-CoV-2 puede desencadenar.
Y es que los datos disponibles para la hidroxicloroquina en el uso contra el coronavirus son escasos. A pesar de ello, varios los países —como Francia, España, China o Italia— ya lo utilizan. El Ministro de Salud alemán, Jens Spahn, por ejemplo ha asegurado contar con «grandes cantidades» de la preparación como medida de precaución.
Algunos países, sin embargo, ya han dejado de recetarlo. Según Le Monde, los hospitales suecos han dejado de usarlo para tratar a pacientes con la Covid-19, debido a las dudas sobre su efectividad y los riesgos de efectos secundarios significativos, especialmente en el corazón.
En Francia, la hidroxicloroquina está en el centro de una controversia provocada por el epidemiólogo Didier Raoult, quien afirma haber demostrado ya la efectividad del tratamiento e insta al gobierno a usarlo de forma masiva. Recibió la visita del presidente francés Emmanuel Macron el jueves, a quien presentó los resultados de su último estudio.
¿Qué es la hodroxicloroquina y cómo funciona?
La hidroxicloroquina es una variante del clásico fármaco cloroquina, ligera y químicamente modificada para una mayor tolerancia. El polvo insoluble en agua incoloro e inodoro se sintetizó por primera vez en Alemania en la década de 1930 y durante mucho tiempo fue uno de los medios más importantes y efectivos para prevenir y tratar la malaria, como explica el medio alemán Die Welt. Mientras tanto, sin embargo, muchos patógenos de la malaria han desarrollado resistencia al principio activo, por lo que su uso ha disminuido drásticamente.
Lo que han demostrado las últimas pruebas de laboratorio es que, a parte de funcionar como supresor contra virus como la rabia o el SIDA, también tiene un efecto antiviral —al menos en cultivos celulares— contra el nuevo coronavirus Sars-CoV-2, que actualmente se está extendiendo por todo el mundo.
El coronavirus ingresa en la célula fusionándose con la membrana celular e inyectando su material genético en la célula para multiplicarse. La cloroquina en particular previene que este penetre en la célula al cambiar el pH. La pregunta es en qué medida estos hallazgos de las pruebas de laboratorio también se pueden aplicar a la práctica clínica. Y qué cantidad de dosis puede necesatarse para producir los efectos antivirales en el cuerpo.
Hasta el día de hoy se han hecho pruebas en pacientes con coronavirus que, aunque sin ser multitudinarias, que han demostrado efectos positivos en la salud. Científicos chinos lo probaron en cultivos celulares y dio buenos resultados. Posteriormente se probó en cientos de pacientes y también fueron positivos. De la misma manera ocurrió en Francia, aunque con solo 20 pacientes.