La CUP, a Torra: «Han engañado a la gente»
El antisistema Carles Riera acusa a Torra de autonomista, exige que "obedezca al pueblo" y pide la cabeza del conseller Buch por las cargas de los Mossos
La CUP ha pasado de ser la muleta imprescindible del gobierno de Carles Puigdemont la pasada legislatura a ser en la actual uno de los principales azotes del ejecutivo de Quim Torra.
Este martes, el diputado antisistema Carles Riera ha planteado una enmienda a la totalidad del plan de gobierno presentado por Torra la semana pasada y ha insistido en pedir la dimisión del conseller de Interior, Miquel Buch, por las cargas policiales durante los disturbios del sábado y el lunes.
«No han restituido nada, han incumplido sus compromisos electorales y han engañado a la gente», dijo Riera, que le afeó a los Mossos haber pasado asumir, según la lectura cupera, la función de «reprimir» la movilización independentista que el 1 de octubre de hace un año recayó en la Policía Nacional y la Guardia Civil.
«Entre el sábado y el lunes ha empezado un nuevo ciclo político», ha sentenciado en ese sentido, y calificó el acuerdo para que los mossos se integren en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) de «reconciliación entre el departamento y el ministerio de Interior» y de «espectáculo lamentable».
La CUP mantiene la tarjeta roja a Torra
«Son ustedes unos perfectos administradores de la autonomía catalana», le reprochó Riera a los miembros del gobierno catalán, y les advirtió que a la CUP la tendrán enfrente. «Mantenemos alzada nuestra tarjeta roja. Nuestra misión es la ruptura con el estado español y la autonomía».
Riera cargó también contra el ultimátum de Torra al gobierno de Pedro Sánchez, al que amenazó el martes con dejar caer si en noviembre no plantea una fórmula para celebrar un referéndum. «Ya le han dicho que no. ¿Buscará ahora un nuevo pretexto para tirar la pelota hacia adelante?», le preguntó, y advirtió que «hacen falta ya hitos claros para materializar la ruptura con el régimen del 78». «No sean un obstáculo y obedezcan al pueblo», zanjó.