La ANC recupera el estilo Forcadell
La ANC, de la mano de su nueva presidenta, Elisenda Paluzie, intenta volver a marcar el paso de los soberanistas al estilo de Carme Forcadell
Es difícil recordar una declaración, una maniobra o una presión contundente de Agustí Alcoberro, el hombre que ha tratado de pilotar la Asamblea Nacional Catalana (ANC) desde el encarcelamiento de Jordi Sànchez. Alcoberro, vicepresidente de la ANC, no es un agitador como Carme Forcadell ni un estratega como Sànchez. Simplemente es el hombre que estaba disponible para mantener activo el poderoso brazo civil del soberanismo.
La ANC lleva meses desaparecida de la primera línea. Sus exhibiciones de fuerza han quedado ensombrecidas por la agitación de los denominados comités de defensa de la república (CDR), los actuales protagonistas de las protestas callejeras en Cataluña.
La ANC quiere recuperar el protagonismo que ha cedido a los CDR
Pero la ANC ha rehecho su dirección y su nueva presidenta, Elisenda Paluzie, está decidida a recuperar la influencia de la entidad soberanista. De Carme Forcadell es imposible no recordar su más célebre frase: «Presidente, ponga las urnas», le dirigió a Artur Mas ante la muchedumbre en la Diada de 2014.
Forcadell logró marcar el paso a Mas durante sus años de gobierno. Y no sólo a Mas, sino al conjunto de las formaciones soberanistas. El que fue secretario de Comunicación en la Generalitat en aquellos años, Josep Martí, lo retrata con toda claridad en su libro Cómo ganamos el proceso y perdimos la república (ED Libros): «Se convirtieron en los guardianes de las esencias e imposibilitaron que las grietas y dificultades de la relación entre CiU y ERC desembocaran en una guerra a campo abierto. Quien saliese de la fila sería señalado».
Primera exigencia: investir a Puigdemont
Paluzie quiere que Junts per Catalunya y ERC aparquen sus dudas, sus titubeos con Catalunya en Comú y se centren en el plan A: investir a Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. «Es necesaria una reacción política. Investir a Puigdemont es un mínimo gesto de dignidad y responsabilidad», defiende Paluzie. Y exige, en este sentido, que el Parlament «realice un acto de soberanía».
Las palabras de la nueva presidenta de la ANC traen a la memoria el estilo Forcadell, la mujer que logró pasearse con toda naturalidad por el Palau de la Generalitat y que luego fue escogida presidenta del Parlament sin tener ninguna experiencia como diputada.
Paluzie no parte de cero: está bien conectada con los círculos de poder soberanistas
Paluzie tiene el carácter para seguir la huella de Forcadell. Es de verbo ágil y está bien conectada en los círculos de poder soberanistas. No parte de cero y su discurso va a poner las cosas complicadas a aquellos soberanistas que abogan ahora por desescalar la tensión y dar paso a una nueva etapa política.
El Pdecat y ERC se enfrentan de nuevo al monstruo que ellos mismos crearon y que Josep Martí describe con exactitud: «Los partidos habían ayudado a engrandecer el papel de las entidades y a partir de un momento determinado éstas se sintieron lo suficientemente fuertes no solo como para marcar el paso, sino también para sembrar dudas sobre la sinceridad soberanista de quien osase poner en riesgo la sacrosanta unidad independentista. Los partidos pasaron a estar vigilados por un tercero que debía acreditar permanentemente tu grado de fidelidad a la causa».