JxCat pone ahora a Sánchez una condición imposible para la investidura
Los posconvergentes suben el precio de su aval al líder socialista y le exigen que reconozca a Puigdemont como "interlocutor"
Junts per Catalunya (JxCat) ha pedido este viernes a Pedro Sánchez que reconozca a los «interlocutores» del independentismo si aspira a que los diputados soberanistas acaben facilitando su investidura, una categoría en la que la portavoz adjunta en el Parlament de los posconvergentes, Elsa Artadi, ha incluido no solo al presidente de la Generalitat, Quim Torra, sino también al antecesor de este, Carles Puigdemont, que huyó de la justicia española y está instalado en Bélgica, y al líder de Esquerra, Oriol Junqueras, condenado a 13 años de cárcel por sedición y malversación.
Artadi ha argumentado ese reconocimiento sería necesario para que las conversaciones para la investidura tengan «un mínimo de veracidad» y ha pedido al PSOE un diálogo «real» para no «perder el tiempo» con «fotos». «El objetivo no es tirar la pelota hacia adelante y ver si los independentistas se cansan», ha dicho.
Lo que no ha aclarado la también exconsellera y exportavoz del govern Torra, es qué debería comportar ese reconocimiento, que, dada la situación de Puigdemont y Junqueras, se antoja inviable: el primero huyó de la justicia española y está instalado en Bélgica y el segundo está en prisión, condenado a 13 años por delitos de sedición y malversación.
Artadi ha adelantado que el lunes dará más detalles de las exigencias de los posonvergentes para facilitar la investidura. La exconsellera ha reiterado que para su formación el diálogo sobre la autodeterminación es una condición necesaria, y que la eventual mesa de negociación que reclama al presidente del Gobierno en funciones deberá contar con garantías y estar tutelada por alguien que «valide» las discusiones, aunque ha restado importancia al término con el que se acabe definiendo a esa figura. «Relator, observador o la palabra que le queramos poner», ha dicho. A su juicio, lo «fundamental» es la «veracidad» de la mesa así como mecanismos de «validación».
En todo caso, lo que hace JxCat al añadir esa nueva exigencia de que Puigdemont y Junqueras seran reconocidos como interlocutores es subir el precio de su eventual aval a Sánchez hasta un nivel inasumible para el PSOE. El mensaje es que el no inicial en el que está anclada su postura difícilmente cambiará salvo que los socialistas aceptaran un trágala mayúsculo.
Sánchez, en manos de ERC
Sánchez está abocado a negociar con el independentismo tras los resultados de las generales. Desde el 10-N, los socialistas han llegado a un acuerdo con Unidas Podemos, dos días después de los comicios, y buscan otros apoyos que posibiliten la investidura de Sánchez porque ni Ciudadanos ni el Partido Popular están por la labor de avalar un gobierno de coalición de los socialistas y los de Pablo Iglesias. Es aquí donde cobran importancia los 13 diputados obtenidos por ERC. Si se abstuvieran, el no de JxCat resultaría estéril.
Esquerra consultará el lunes a su militancia para decidir qué rumbo tomar en las negociaciones. La formación que lidera Oriol Junqueras lanzará la pregunta «¿Está de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sanchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?».
JxCat y ERC se reunieron el miércoles en el Parlament en pos de la «unidad de acción» —en palabras de la portavoz posconvergente en el Congreso, Laura Borrás— a la hora de decidir su postura de cara a la votación de investidura.
La reunión duró algo más de una hora y contó con la presencia de Marta Vilalta, Carolina Telechea y Josep María Jové, por parte de ERC, y de Borrás, Albert Batet y Josep Lluís Cleries por parte de JxCat. Aunque acabó sin ninguna conclusión de calado, los partidos vendieron su consenso en torno al no de entrada a Sánchez. «Es la primera de las reuniones que vendrán», dijo Borrás tras el encuentro.