Junts per Catalunya amenaza con elecciones a ERC

Los desacuerdos entre los socios de gobierno llegan al límite y las partes admiten que la legislatura podría acabar en breve

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El gobierno de Quim Torra podría tener los días contados. Este jueves ha estallado una grave crisis entre Junts per Catalunya y ERC con duras amenazas. Tan duras que incluso podría precipitarse el fin de la legislatura. El motivo es el desacuerdo que mantienen para hacer efectiva la sustitución en el Parlament de los diputados suspendidos (entre ellos, Carles Puigdemont). 

A primera hora de la mañana de este jueves, el grupo de Junts per Catalunya (JpC) ha advertido a ERC que no pensaba solicitar la sustitución de los diputados suspendidos de su grupo (Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull) en contra de lo acordado. Esquerra reaccionó con indignación ante la deslealtad de sus socios. «Nos quieren llevar a elecciones», aseguraron a Economía Digital fuentes republicanas.

La crisis de nervios es total. Otras fuentes de ERC atribuyeron la maniobra al desconcierto en las propias filas de Junts per Catalunya. «No hay estrategia y van improvisando», opinaron.

Poco después de concluir que la legislatura podría llegar a su fin en breve, dirigentes de Junts per Catalunya  comenzaron a maniobrar para apagar el fuego. Pero nadie se atreve a garantizar que los bomberos de la formación de Puigdemont sean capaces de solucionar la crisis.

El objetivo de Junts per Catalunya: «Van a por Torrent»

Un sector de JpC aseguró que no piensa sustituir a los diputados suspendidos, lo cual coloca al presidente del Parlament, Roger Torrent, en una situación límite. «Van a por Torrent. Quieren que se reproduzca la situación del 30 de enero», concluyeron otras fuentes en alusión a la decisión de suspender el pleno que tomó entonces el presidente del Parlament. 

El propio Pdecat, superado por los escexos de sus compañeros de Junts per Catalunya, teme que existe un interés por colocar a Torrent en el abismo. La estrategia es sencilla: consiste en obligarlo a suspender el pleno de este jueves en el Parlament y presentarlo ante la parroquia independentista como un autonomista o bien en arrastrarlo a los tribunales.

Dirigentes de ambos partidos mantienen abiertas las conversaciones, pero la desconfianza entre las partes es total.

Algunas fuentes aseguran incluso que Torra no se ve capaz de gestionar políticamente la situación y que ha comenzado a asumir que no hay más remedio que resolver las contradicciones del independentismo con nuevas elecciones. Otras fuentes dicen que «hay que esperar, todo está demasiado caliente ahora».

 

 

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