Iglesias culpa a las cloacas para salvarse del ‘caso Dina’
El vicepresidente del Gobierno, en apuros por el último giro de una pieza del caso Villarejo, afirma que robaron el móvil de su exasesora para perjudicarle
El caso Dina, una pieza separada de la trama que investiga al comisario Villarejo, sigue poniendo en apuros al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, desde que su exasesora desvelara ante el juez nuevos datos sobre la pérdida de su móvil a finales de 2015.
Dina Bousselham, antigua asesora de Iglesias en Europa y ahora directora del nuevo periódico de Unidas Podemos, afirmó hace unos días ante el juez Manuel García Castellón que el líder del partido morado le entregó la tarjeta de su móvil robado de forma totalmente destruida.
La afirmación supuso que a Iglesias, hasta entonces considerado víctima en el caso Villarejo, perdiera su condición de perjudicado y se empezara a sospechar sobre él por posible destrucción de pruebas.
De nada ha servido, de momento, que Dina, con el objetivo de salvarle de una posible imputación, se haya retractado hace apenas unos días y haya afirmado al juez que mintió en un primer momento y que la tarjeta sí que funcionaba cuando se la entregó.
Iglesias vuelve a dirigirse al juez
Ahora, con la nueva versión de Dina, Iglesias aprovecha para volver a dirigirse al juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso. El líder de Podemos ha alegado que los investigadores del caso Villarejo no han descartado la hipótesis de que el robo del móvil de su exasesora en 2015, fuera una «actuación deliberada» para desacreditarle.
Es uno de los principales argumentos que Iglesias esgrime en el recurso de 16 páginas, al que ha tenido acceso EFE, y que ha interpuesto ante el juez para que revoque su decisión de retirarle la condición de perjudicado en la pieza 10 del caso Villarejo.
«A día de hoy, de la práctica de las diligencias practicadas, no se ha podido probar aún que el robo del móvil (…) fuese un hecho casual o una actuación deliberada, encaminada a obtener información sensible, privada e íntima, sobre mi representado, a los efectos de perjudicarle políticamente», apunta en su escrito la abogada de Iglesias.
Iglesias cree que el robo del móvil de Dina tenía como objetivo perjudicarle
De hecho, plantea la posibilidad de que el robo de ese móvil en concreto se planificara a raíz de que «varias las publicaciones» hablaran de «una supuesta relación afectiva entre el Sr Iglesias y la señora Bousselham».
«Este hecho a día de hoy, indiciariamente al menos lleva a la convicción, de que el robo del móvil, no tenía otro objeto que el de obtener información sensible para perjudicar al señor Iglesias», sostiene el recurso.
Para tratar de reforzar esa hipótesis, la letrada recuerda que a Villarejo se le está investigando precisamente por recibir «encargos» para realizar, «presuntamente, maniobras de intoxicación informativa, e inclusive en algunos casos creación y difusión de campañas mediáticas de desprestigio».
El origen de la investigación
¿Dónde arranca todo esto? En noviembre de 2015. Ese año Bousselham pierde su teléfono móvil y su contenido termina al poco tiempo en las redacciones de algunos medios de comunicación. Algunos, como el digital Ok Diario, publicaron pantallazos que estaban guardados en el dispositivo y otros medios, como Interviú, entregaron a Iglesias el contenido de la tarjeta, advirtiéndole de qué estaba sucediendo.
Fue el entonces propietario de Zeta, dueño de la extinta revista, quien entregó a Iglesias la tarjeta de Bousselham y antes, en un ordenador, visualizaron qué contenido había en él. Pero Dina, una vez judicializado el caso del robo de su móvil, afirmó ante el juez que ella nunca pudo recuperar el contenido de dicha tarjeta.
Por si fuera poco, en medio de todo apareció la figura del comisario Villarejo. La policía halló en un registro de su domicilio la copia de una tarjeta de Bousselham, con el mismo contenido que corría por las redacciones de distintos periódicos. Eso activó la investigación del caso y la creación de una nueva pieza del caso Tándem que investiga al expolicía.