Iceta enfría a Fernández a la espera de los presupuestos de Rajoy
PSOE y PSC se emplazan a revisar sus relaciones con tiento, sin expulsiones, mientras los socialistas ya negocian el techo de gasto con el PP
Nada. De momento. Miquel Iceta, el primer secretario del PSC, logró este lunes que Javier Fernández, el presidente de la gestora del PSOE, aplazara cualquier decisión sobre la supuesta expulsión de los socialistas catalanes en los órganos federales del partido.
El objetivo ahora está en otro lugar. Y los dos dirigentes se emplazaron a revisar la relación de los dos partidos, pero con tiento, a través de una comisión que debería tener listo un nuevo protocolo, que sustituya al de 1978, en unos dos meses.
El foco del PSOE está situado en los presupuestos de 2017. La idea es no obstaculizar las cuentas de Mariano Rajoy, y para ello ya negocia con el PP el techo de gasto, como anunció el portavoz socialista, Antonio Hernando. Otra cosa es saber cómo acabará esa negociación, pero no es menor que el PSOE busque tramitar los presupuestos.
A la espera de Susana Díaz
Fernández e Iceta abordaron la relación del PSC y del PSOE, pero sin entrar en ningún detalle. El compromiso de Iceta fue que su partido mostrará todo su apoyo a quien sea el próximo secretario general del partido, «como ha hecho siempre», y también si esa figura la ocupa Susana Díaz.
Fuentes socialistas aseguran que a la presidenta andaluza «no lo quedará más remedio» que presentar su candidatura, aunque siga dando largas, con la idea de ganar tiempo para comprobar cómo evoluciona internamente el partido.
Eso sólo se podrá saber en los próximos meses, con la relación diaria entre el PP y el PSOE en el Congreso, y con el olvido de la figura de Pedro Sánchez, que, también según las mismas fuentes, sigue con el objetivo de reunir las firmas de militantes suficientes para forzar la convocatoria de un congreso.
La causa del comité federal
Fernández insistió en que el PSC se equivocó con su voto en contra de la decisión del comité federal de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. No tanto por el sentido del voto, como de que se produjera la misma votación. Eso lo recuerda cada día Susana Díaz. Este mismo lunes insistió en que el PSC debía haber respetado esa decisión del comité federal.
Porque el problema no es la investidura de Rajoy, sino la evolución del grupo parlamentario en el Congreso. El PSOE podría negociar el presupuesto de 2017, aunque la tesis por ahora es que se rechazará, aunque no se obstaculizará. Se trata de la posición de Iceta, siguiendo a Pedro Sánchez, que defiende que lo más duro llegará a partir de ahora. ¿Votarán diferente los siete diputados del PSC en el grupo del PSOE? Dependerá de las negociaciones que mantengan en las próximas semanas.
Lo conseguido ahora por Iceta es que todo se mantiene igual. Fernández quiere recomponer el partido, y si esa herida con el PSC se hace más profunda, todo el proyecto socialista quedará tocado. Así lo entendieron los dos dirigentes en su entrevista de este lunes.
La nación, la disputa de fondo
Lo que podría complicar de forma dramática las cosas es la defensa del PSC de Cataluña como una nación. Eso va mucho más lejos de lo defendido en el documento de Granada, que suscribieron Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro en la legislatura de Mariano Rajoy. El proyecto federal para el PSOE no incluye varias naciones, sino sólo la española. Eso para «los límites» que se acordaron, según Javier Fernández.
Por ahora Iceta ha tomado una decisión. No incluye a ningún representante en la gestora del PSOE, hasta conocer el acuerdo final entre los dos partidos.
El congreso del PSOE, para largo
El problema de fondo es que el PSOE no quiere, todavía, afrontar la renovación de su liderazgo. La gestora tiene la intención se seguir hasta el próximo verano, y convocar con tiempo un congreso que renueve el cuerpo doctrinal socialista. Lo que se pregunta Iceta, al frente del PSC, es si el conjunto de los socialistas podrán aguantar todo ese tiempo, con Mariano Rajoy exigiendo la complicidad del PSOE con la posibilidad –a partir de mayo de 2017—de convocar, de nuevo, elecciones generales.
A corto plazo, sin embargo, Iceta y Fernández acordaron que no pasará nada. Sin expulsiones a la vista.