Iceta concreta su plan para una carambola presupuestaria con Torra
El líder del PSC plantea reformas fiscales que supondrían 1.000 euros adicionales para la Generalitat, pero insiste en que aprobar los PGE es clave
El PSC ya maniobra para buscar, o para escenificar que lo hace, la carambola presupuestaria que permitiera la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y también de las cuentas de la Generalitat.
Este viernes, aprovechando la ola de protestas que durante esta semana ha sacudido al gobierno de Quim Torra, el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, ha desgranado algunas de sus peticiones al ejecutivo catalán para avalar las cuentas de la Generalitat.
Iceta, entrevistado en la cadena Ser, insistió en la importancia de que aprobar los PGE porque supondrían una inyección de 2.200 millones para Cataluña, según las cuentas que hace el gobierno de Pedro Sánchez. Pero, además, planteó una reforma fiscal que, según el primer secretario del PSC, supondría unos ingresos extra de 1.000 millones para las maltrechas arcas de la Generalitat.
Iceta se desmarcó de la petición de Catalunya en Comú, que plantean una subida del tramo autonómico del IRPF para rentas superiores a los 90.000 euros, y propone que ese aumento se aplique a partir de los 120.000 euros, lo que supondría 100 millones de euros de recaudación anuales.
El PSC plantea otras tres propuestas que supondrían mayores ingresos
El PSC plantea de todos modos otras tres propuestas que supondrían mayores ingresos: una reforma del impuesto de sucesiones y donaciones, que supondría una inyección de 300 millones; una eliminación de diversos beneficios fiscales que se traduciría en 200 millones más, y un paquete de medidas contra el fraude que, siempre según los cálculos de los socialistas, haría aflorar 400 millones más.
Al menos dos de esas medidas son vistas con buenos ojos en el seno del gobierno catalán, que ya ha amagado con la posibilidad de retocar el impuesto de sucesiones y se ha mostrado partidario de optimizar la lucha contra el fraude.
Mal inicio con Catalunya en Comú
Los socialistas catalanes han sido convocados por el gobierno de Torra el martes que viene para abrir un segundo frente negociador tras haber iniciado el baile presupuestario este jueves con Catalunya en Comú Podem (CECP), con una primera reunión a la que el Govern se presentó sin tener cerrado todavía un primer borrador de las cuentas, y de la que el vicepresidente y conseller de Economía, Pere Aragonès, salió vendiendo optimismo, pero que los comunes calificaron como «dececpionante».
La formación de Ada Colau sigue siendo la primera apuesta de Torra para aprobar las cuentas, aunque la presidenta del grupo parlamentario de CECP, Jéssica Albiach, afirmó tras el encuentro con Aragonès que las distancias son siderales, y no solo en cuestión de cifras, sino también en clave «de modelo». El Govern, por su parte, tiene un problema: aunque sectores del ejecutivo no ven con malos ojos la subida del impuesto de la renta que plantean los comunes, el Pdecat se niega en redondo.
Los PGE, principal escollo
Así las cosas, la opción PSC se esgrime como alternativa, aunque este mismo viernes, Aragonès insistía, también en la Ser, en que la apuesta sigue siendo por entencerse con los de Colau, mientras Iceta aprovecha la coyuntura, que incluye también el cargado cóctel de protestas del sector público catalán, para postularse de nuevo como oposición constructiva.
Aunque unos y otros saben que las posibilidades de entendimiento son casi nulas, toda vez que los socialistas piden una renuncia a la unilateralidad y una seguna condición que los independentistas ahora mismo ni siquiera se plantean, avalar los presupuestos del gobierno del PSOE
Iceta se ha encargado de volver a remarcar este último punto. Dando, eso sí, argumentos prácticos. «Si desde Cataluña el gran argumento es que no tenemos suficientes recursos, ¿por qué renunciar a tener más?, ha argumentado. «Hacer negociaciones sobre presupuestos si no hay un incremento de ingresos a través de los PGE es engañar».