¿Hay alguna razón para no votar a Podemos?
Cinco expertos en diferentes ámbitos alertan del riesgo que corre España si las instituciones siguen bloqueadas, con un Gobierno incapaz de reaccionar
Nunca pasa nada hasta que pasa. España ha llegado a una situación insostenible, y el Gobierno del PP ya no puede apaciguarla con una supuesta recuperación de la economía. Esa mejora, además, tiene grandes obstáculos: el crecimiento se ha producido, pero no es suficiente para conseguir dos elementos cruciales como es sacar del paro a millones de personas, y que los puestos de trabajo que se generen sean de gran calidad y bien pagados.
El problema es institucional, los casos de corrupción no dejan de multiplicarse, y la percepción de los ciudadanos es que, además, la crisis no ha afectado a las personas con mayor riqueza. Al revés. Éstas han aumentado sus privilegios.
El catedrático de Economía Aplicada, y ex rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa; el catedrático de Filosofía política y social, de la Universidad de Zaragoza, Daniel Innenarity; el catedrático de Ciencia Política de la Universitat Autònoma de Barcelona, (UAB), Joan Botella; el inspector de Hacienda, autor del libro ¿Hacienda somos todos?, Francisco de la Torre; y el veterano periodista y analista político, Miguel Angel Aguilar, han analizado con Economía Digital el dilema en el que se encuentra España.
Vía institucional
Uno de los nexos en común es que los ciudadanos, estén más o menos cerca de las tesis de izquierda de Podemos, no encuentran ya ningún motivo para no votarlos. Es decir, Podemos se ha convertido en una válvula de escape, dentro de las instituciones, –y ese es el gran elemento positivo que se destaca–, para gobernar, o bien para provocar tal reacción en los dos grandes partidos supuestamente de Estado, PP y PSOE, que consiga un cambio real en el conjunto del país.
Este lunes el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) mostrará sus últimos sondeos, y Podemos podría aparecer ya como la primera fuerza política en intención directa de voto.
Más allá, sin embargo, de la formación que lidera Pablo Iglesias, los expertos destripan la situación.
Sin sindicatos, y sin oposición, llega Podemos
Berzosa, un activista de izquierdas, que apoyó a Izquierda Unida en las elecciones generales de 2011, muestra su asombro por un descenso en las movilizaciones sociales. “Lo expreso con mis alumnos, y es que yo aparezco más indignado que ellos, pero lo que veo es que se organizan, y que el ascenso de Podemos en las encuestas, curiosamente, va en paralelo a un descenso de esas movilizaciones, por ahora”, asegura.
Con ello, Carlos Berzosa expresa la sensación de que la sociedad espera las elecciones, la vía institucional y no la revuelta en la calle, para “echar” a los actuales gobernantes. Ello también ha coincidido con “el nulo papel que tienen ya los sindicatos, desacreditados, y sin ninguna fuerza”. El principal partido de la oposición, el PSOE, tampoco es ya un referente para Berzosa. “Todo ha quedado viejo de golpe, a los socialistas no les veo capaces, y partidos como UPyD han resultado que ahora son ya el pasado, junto con IU”.
¿Cómo en 1982?
El problema para este catedrático de Economía es que Podemos no ofrece, por ahora, el elenco de cuadros y dirigentes que tenía el PSOE en 1982, cuando accedió al Gobierno. Pero rechaza la idea de que se acerque un populismo peligroso. Berzosa discrepa de otros intelectuales como Santos Juliá, o Antonio Elorza que sospechan de las intenciones de la formación que lidera Pablo Iglesias.
El problema de fondo es que se “vendió” un milagro económico en la etapa de José María Aznar, que para Berzosa es clave, que no fue tal, y se generó una cultura económica que ha posibilitado el derroche y los casos de corrupción. “No hubo ningún milagro, España avanzó, porque había un ciclo económico en el que avanzaban todas las economías occidentales y globalizadas”, asegura. “Muchos decíamos que Rato no tenía ni idea de muchas cosas, y ahora lo estamos comprobando, porque no era alguien en quien se pudiera confiar”.
Poco castigo al delito económico
Francisco de la Torre, inspector de Hacienda, entra de lleno en su terreno. Para él, “lo que estalla es una disfunción en una economía de mercado, con una corrupción institucional, y con un ascensor social que deja de funcionar”. Y lo que se genera es “un problema, en un estado de derecho, de aplicación de las leyes, porque no se puede consentir que los políticos, abiertamente, se hayan dedicado a forrarse”.
Para De la Torre, los ciudadanos lo que no quieren es votar “ni al PSOE ni al PP”, y con Podemos se ha visualizado “la forma de echarlos”. Pero, ¿ha funcionado o no ese estado de derecho?
El autor de ¿Hacienda somos todos?, se limita a ofrecer algunos datos. “De la población reclusa en España, unos 64.000, sólo 615 lo son por delitos económicos”. Los huecos legales, y las estrategias dilatorias han logrado que, por ejemplo, Fèlix Millet en Cataluña, pese a confesar ser el saqueador del Palau de la Música, siga en su casa.
Impunidad ante los corruptos
De esos 615 presos por delitos económicos, 87 lo son por blanqueo de capitales; 300 por apropiación indebida, y sólo 150 por delitos contra la Hacienda pública. Es decir, la sensación de impunidad de muchos “corruptos” es lo que ha llevado al hartazgo a la sociedad española.
“Lo que ha ocurrido con Rodrigo Rato y Miguel Blesa en Caja Madrid es sintomático, porque evidencia que los controles estaban desactivados, y, aunque el robo ha significado 17 millones de euros, –pocos comparados con el rescate de Bankia, por 25.000 millones– ha provocado un enorme enojo ciudadano”, añade De la Torre.
El factor positivo: más transparencia
Daniel Innenarity, un pensador como quedan pocos, de un enorme prestigio, muy influyente en los círculos políticos vascos, cercano al PNV, siempre proclive a buscar los espacios comunes, defiende los elementos positivos que comienzan a surgir. “Creo que nos estamos juzgando muy duramente como sociedad, y eso siempre es necesario, pero no vemos el aprendizaje que estamos haciendo, porque las cosas cambiarán”, asegura.
“Las instituciones han comenzado a virar, se sienten observadas, y ya no hay vuelta atrás, porque se ha generado una cultura política que exige más transparencia, que reclama más y mejores mecanismos, y que ha posibilitado esa opción de izquierdas, como es Podemos, dejando atrás a opciones como UPyD o Izquierda Unida, que hasta hace nada aparecían como grandes alternativas”.
Pequeño consenso a dos
Eso quiere decir, según Innenarity, que “se ha acabado el bipartidismo, y que cuando se hable del gran consenso a dos, se deberá ser consciente de que será un pequeño acuerdo a dos y que esa situación se va a quedar durante largo tiempo”.
El problema, sin embargo, es que Podemos deberá también asumir “la democracia pluralista”, y “dejar de lado esas expresiones que hablan de asalto”. En ese aprendizaje estará también, a su juicio, la formación de Pablo Iglesias. Innenarity también se refiere a la decisión de Podemos de no presentarse en las elecciones municipales o de hacerlo sólo en las ciudades donde tenga opciones. “Creo que entran en algunas contradicciones que deberán ir superando, porque las elecciones locales son las más próximas al ciudadano y en las que más sentido tendría su oferta política”, afirma.
Por un país que funcione
Miguel Angel Aguilar, analista político durante décadas, entra de lleno en las posibilidades de Podemos, “porque las dos fuerzas políticas le están regalando el poder”. La idea de Aguilar es que la formación de Pablo Iglesias presenta similitudes al PSOE de 1982. Y que si ahora no tiene cuadros con experiencia, o expertos en diferentes materias, “los tendrá cuando se vean las expectativas de alcanzar el poder”.
El debate ya no está centrado ahora en España tanto entre diferentes propuestas ideológicas como en “la decencia”, como apunta Joan Botella. Y Aguilar coincide con él. “El debate es la decencia, efectivamente, y el hecho de que se puede poner a funcionar el país”, asegura. El periodista recuerda que el PSOE incidió en esa cuestión, con un proyecto concreto “por un país que funcione”, y que en eso está Podemos.
La contención de Podemos
A juicio de Aguilar, Mariano Rajoy ha perdido el sentido de la realidad, “No se percibe, desde el Gobierno, el grado de desafección que existe, que es enorme, no se da cuenta de que la sociedad española no tolera más desmanes, aunque el PP tenga la tentación de que, de nuevo, todo pasará, y de que la sociedad ya está casi anestesiada ante tanto caso de corrupción, como el que ha afectado a Francisco Granados, el que fuera la mano derecha de Esparanza Aguirre en Madrid”.
Por ello, ante esa inminencia de poder alcanzar el poder, Aguilar ya percibe elementos en común con el PSOE previo a 1982 de Felipe González. “Podemos está haciendo un ejercicio de contención, frente a la pretensión del PP de recurrir al miedo a lo desconocido. Podemos no habla de izquierdas o derechas, sino de la gente que viene de abajo, y no critica que un 17% de los que muestran su apoyo pueda llegar del PP, al revés, lo ve como un elemento positivo. Eso siempre sucede cuando se percibe el vértigo ante la posibilidad real de gobernar”.
La clave, el PSOE
Joan Botella remacha todas esas reflexiones con los datos demoscópicos, y asegura que, en gran medida, la llave del futuro político de España la tiene el PSOE. “Los socialistas se expresarán en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015, y deberán optar, para poder formar gobiernos, entre ese partido de orden que siempre ha sido, o el partido de bases populares, que también es”. A su juicio eso se ejemplifica, en estos momentos, entre Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, y el secretario general del partido, Pedro Sánchez.
Si opta por el modelo de Díaz, el PSOE podría ayudar al PP y formar una coalición de gobierno tras las elecciones generales. Esa posibilidad estaría más cercana, según Botella, si quedara en tercera posición, cosa bastante posible según las encuestas. El PP, y muchas fuerzas del ámbito económico, defenderían ese acuerdo, a juicio de Botella. Los propios socialistas se verían tentados hacia ese esquema.
Sin noticias de los dos grandes partidos
Botella, sin embargo, defiende dos ideas que son el denominador común de los expertos consultados por Economía Digital. La primera es que Podemos llega “como la fuerza que defiende una opción marcada por la decencia”, y la segunda “es que defiende, sin ninguna ambigüedad, el camino de las instituciones, lo que deja sin viabilidad una revuelta social caótica”.
Para Botella, la derecha más recalcitrante de España “debería agradecer ese aspecto positivo de Podemos, en lugar de gritar en contra, lo que no hace otra cosa que darles más apoyos”.
Las encuestas irán indicando en las próximas semanas la tendencia en España, pero, en cualquier caso, por ahora, no se encuentran argumentos para no votar a Podemos, a falta de que el PP y el PSOE reaccionen, “con acciones en positivo, anticipándose a los acontecimientos”, como apunta Aguilar.