Ex consellers del PSC amagan con la ruptura: tienen ya una marca propia
El sector crítico se atomiza, pero la mayoría se desmarca y busca una síntesis con la dirección en el consejo nacional previsto
“Ni comen, ni dejan comer”. Algunos ex consellers del PSC, que nunca han logrado complicidades para poder dirigir el partido, buscan ahora una salida con la creación de una marca propia, justo en un momento en el que la dirección y el sector crítico buscan una síntesis que pueda relanzar el PSC tras el próximo consejo nacional que ha convocado el primer secretario, Pere Navarro. Así lo ven algunos de los dirigentes consultados que ven “contraproducente” ese gesto de última hora.
Los nefastos resultados de las elecciones europeas, con la pérdida de 350.000 votos en Catalunya, que han afectado al conjunto del socialismo español, con la retirada de Alfredo Pérez Rubalcaba, han colmado el vaso de la paciencia de ex consellers como Montserrat Tura, Antoni Castells y Joaquim Nadal, y otros dirigentes como Manel Nadal, Pia Bosch o Maria Badia.
Pero esos resultados, aunque han tenido incidencia, no han sido decisivos. Esos ex consellers tenían preparado un manifiesto –son prolíficos en la redacción de documentos— que se ha dado a conocer este martes. La idea es llegar a constituir un partido, una marca propia, –todavía no la tienen– con la que concurrir en las elecciones municipales de 2015. La decisión final la tomarán en una asamblea en el mes de julio.
En contra de Navarro
En el documento se hace responsable a la dirección de la situación del partido. La acusan de impulsar un proyecto “sin vocación mayoritaria y percibido por muchos ciudadanos como lejano a la centralidad política”, que, entienden ellos, está ahora alrededor del derecho a decidir.
El problema para estos ex consellers, por ahora, es que los otros sectores críticos del partido no les quieren seguir. Y, en concreto, el que más se ha destacado y sigue teniendo una plataforma importante de poder, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, impulsor de Agrupació Socialista, en la que participa también Castells.
El plante de Àngel Ros
En una reunión conjunta, este lunes, los sectores críticos acabaron enfrentándose ante la decisión de los ex consellers, identificados con dos personas con una personalidad preeminente: Tura y Castells. El ex conseller de Economia llegó a reclamar, en un tono de voz destacable, que había llegado el momento de la ruptura. “Ahora o nunca”, aseguró, según fuentes que asistieron a la reunión.
El propio alcalde de Lleida se plantó y aseguró que él quería ser alcalde de nuevo con las siglas del PSC, y no con otras marcas. También el propio Raimon Obiols se mostró en contra de la ruptura.
Cambios en la dirección
Pero los ex consellers protagonistas de lo que puede ser una escisión que agrave las cosas en el PSC nunca se han destacado por tejer complicidades. Y esa decisión llega, precisamente, cuando todos los sectores –y hay diversos en estos momentos– tratan de llegar a acuerdos con la dirección para rehacer el partido.
El primer secretario, Pere Navarro, busca cambios en la dirección, con la entrada de nuevos dirigentes en la ejecutiva, aunque otros miembros de la dirección sugieren que los cambios deberán ser mucho más profundos.
El alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni, la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlón, o el propio Joan Ignasi Elena, del colectivo Avancem, buscan una síntesis que sirva para conciliar posiciones en el consejo nacional que se ha convocado para mediados de junio.
Antes, el 28 de mayo, el colectivo Avancem tomará también una decisión, aunque ya se ha desmarcado de las posiciones del grupo de ex consellers.
¿Como en Sitges en 1994?
Nadie ahora en el PSC es capaz de vislumbrar lo que pueda ocurrir. Pero prima la idea de que no puede haber rupturas, de que los adversarios políticos, CiU y ERC, han querido, precisamente, provocar escisiones en el PSC, y que ahora sería ofrecerles el partido en una bandeja de plata. Tampoco nadie es capaz de asegurar si se llega a tiempo o no. Pero se busca una última oportunidad.
Dirigentes consultados entienden que una posible solución sería, tras el consejo nacional, la constitución de una gestora, o de dirección colegiada, como ocurrió tras el Congreso de Sitges en 1994 con el Comité de Acción Política, con siete miembros. Pero otros lo descartan por completo. No es la misma situación.
En el caso de que no se pudiera llegar a un consenso, con una amplia renovación de la ejecutiva, se asegura, y Pere Navarro no viera posibilidades de seguir adelante, el PSC convocaría una congreso extraordinario.
Ahora, no se prevé que eso pueda ocurrir. Pero faltan dos semanas hasta ese consejo nacional.