»Estamos a tiempo para que Cataluña no sufra una derrota brutal»
Fernández Teixidó, impulsor de la plataforma Lliures, considera que los ''hechos tozudos demostrarán que todo pasará por el acuerdo y el cumplimiento de la ley''
Antoni Fernández Teixidó deleita a sus interlocutores cuando explica su relación con Adolfo Suárez. Fue su hombre en Cataluña con el Centro Democrático y Social (CDS), el partido del ex presidente cuando estalló la UCD. Tras muchos años en Convergència, Teixidó ha decidido impulsar la plataforma Lliures, para recuperar «el catalanismo», el espíritu pactista, pero también para «recuperar las libertades», que, para él, están en peligro por un doble proceso: el independentismo, que se ha aliado con la izquierda, o la izquierda que «necesita para sus objetivos momentos de tensión» y que se ha abrazado al movimiendo soberanista de forma circunstancial.
Por ello, Fernández Teixidó no duda en reclamar un cambio a la sociedad catalana, que pasaría por fuerzas políticas que busquen acuerdos y respeten la legalidad. Sin esconder que Lliures tiene la pretensión de ser un partido político, si obtiene apoyo por parte de la sociedad catalana, en los próximos meses, Teixidó se muestra esperanzado. «Estamos a tiempo para que Cataluña no sufra una derrota brutal», en referencia al proceso soberanista, y a la «enorme frustración» que causará para el bloque independentista la imposibilidad de avanzar. A juicio del ex diputado y ex conseller de CDC, la independencia de Cataluña no tiene ninguna posibilidad.
Elecciones, sin referéndum
No se trata, a su juicio, de una profecía, sino del análisis político y del equilibrio de fuerzas. La idea que maneja Teixidó es que los hechos, «tozudos», serán los que «demuestren que todo pasará por el acuerdo y el cumplimiento de la ley».
Pero para influir, para lograr que esa idea sea tangible, Teixidó ha impulsado el movimiento Lliures, junto con otros ex dirigentes procedentes del catalanimos, como Roger Muntañola, que ha decidido dejar la dirección de Unió Democràtica –tras una petición clara en ese sentido de Ramon Espadaler– para comprometerse con el nuevo proyecto.
Lo que está en juego no es sólo reorientar el proceso soberanista, con el objetivo de buscar acuerdos realistas con el Gobierno central, sino la deriva ideológica que vive, a su juicio, el conjunto de Cataluña. «Hay una inclinación clara y rotunda hacia la izquierda, que, al necesitar momentos de tensión para sus objetivos, no ha dudado en sumarse al soberanismo, sin que otras fuerzas políticas hayan evitado esa deriva», en una clara alusión a sus ex compañeros de Convergència, ahora transformado en el PDCAT.
«Lo que defiende Lliures son las libertades, en su amplio espectro», remacha Teixidó, que rechaza la idea de que el liberalismo sea una mala carta de presentación. «Lo que apoyamos es la libertad de empresa, la idea del trabajo, de que el gasto social se debe realizar a partir del ahorro en otras partidas, no incrementando la presión fiscal, de que se debe simplificar la administración, para hacerla más eficaz, y de que se debe generar, antes que nada, riqueza para poderla distribuir, pero no distribuir lo que no tienes». Asegura Teixidó que «muchas recetas liberales se han acabado incorporando a la socialdemocracia», y que ahora se deben recuperar.
Choque con Unió
En ese proceso de recuperación del catalanismo más clásico, con postulados que van en contra de un proceso protagonizado por las izquierdas en Cataluña, que integran desde Esquerra, hasta la CUP, Catalunya Sí que es Pot, o el propio PSC, además del PDCAT, Teixidó aspira a integrar a diferentes colectivos, pero rechaza «una suma de siglas». Lliures quiere ser un partido nuevo, con diferentes sensibilidades, y con la voluntad de sumar a ex convergentes y ex dirigentes y ex militantes de Unió Democràtica, pero una amalgama de fuerzas políticas.
En ese intento, Teixidó y Muntañola han chocado con la dirección de Unió, que ha decidido tomar distancias respecto a Lliures. Ramon Espadaler apuesta por concentrarse en una plataforma de pensamiento propia, consciente de las dificultades del partido, que se encuentra en concurso de acreedores. Unió quiere preservar el perfil democristiano, pero dependerá de los próximos meses, de cómo se articulen los bloques políticos.