Escocia pretende ser independiente con la libra y en la UE

El líder independentista Alex Salmond defiende el potencial escocés con el Libro Blanco del proceso

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Escocia sí tiene fijada la pregunta y la fecha para su consulta soberanista, a diferencia de Catalunya. Será el 18 de septiembre de 2014, y los escoceses mayores de 16 años podrán votar si quieren o no una Escocia independiente. Pero, para buscar un vuelco en la votación, que ahora las encuestas no muestran, el ministro principal escocés, Alex Salmond, ha presentado este martes el Libro Blanco con sus planes independentistas. “Tenemos un gran potencial”, ha asegurado, al hacer referencia a los recursos energéticos, de gas y petroléo, que existen en las costas escocesas.

La cuestión es que en el texto, unos 670 folios, bajo el título de El futuro de Escocia. Su guía para una Escocia independiente, se desgranan las ventajas e inconvenientes, aunque Salmond ha incidido en casi todas las ventajas, porque, a su juicio, la independencia creará una Escocia “más democrática, más próspera y más justa”.

Isabel II de jefa del Estado

El caso es que Salmond entiende que esa Escocia independiente podría seguir adoptando como moneda propia la libra esterlina y ser miembro de la Unión Europea, además de seguir bajo la corona de Isabel II, como jefa del Estado. Es decir, prácticamente igual que ahora. Y, pese a recordarle a Salmond que las propias autoridades europeas han dejado claro que la independencia de Escocia comportaría la salida de la UE, y de que el propio Banco de Inglaterra duda de que Escocia pueda mantener la misma moneda, el ministro principal escocés ha tratado de evitar la cuestión.

“Tenemos la gente, la capacidad y los recursos para hacer de Escocia un país con más éxito. Lo que necesitamos ahora son los instrumentos económicos y los poderes para construir una economía más competitiva, más dinámica y crear más empleos», ha asegurado Salmond.

Independencia y mejora económica

El Libro Blanco, dividido en cinco secciones, responde a 650 preguntas, entre ellas sobre delicados asuntos como la moneda, el régimen fiscal, la educación, el estado del bienestar y la defensa.

El documento señala que votar a favor de la independencia supondrá tomar «las decisiones más importantes sobre nuestra economía», a cargo de «la población de Escocia».

La idea es vincular la creación de un nuevo estado a una mejora de las condiciones económicas de los escoceses, como se asegura en Catalunya por parte del movimiento independentista.

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