ERC y Pdecat: sin noticias de los presupuestos que quiere Pedro Sánchez
PSOE y Podemos intentan solventar sus discrepancias internas sobre el proyecto mientras buscan, en paralelo, el visto bueno de las autoridades comunitarias
Ni proyecto de presupuestos generales del Estado (todavía no hay acuerdo total entre PSOE y Podemos), ni visto bueno de las autoridades comunitarias, ni negociación con los grupos parlamentarios llamados a aprobar las cuentas. El proyecto más básico para articular la reconstrucción económica en plena recesión todavía está lejos de cristalizar porque el Gobierno, en minoría, apenas ha avanzado los contactos con otras fuerzas, según confirman ERC —socio prioritario de la legislatura— y Pdecat —situado en el escaparate para la negociación—.
«No hay nada avanzado, nada trabajado», sostienen las fuentes consultadas, que minimizan por completo los contactos mantenidos hasta ahora con el Gobierno y que confiesan desconocer las intenciones del gobierno de coalición con los presupuestos. Lo único que constatan es el deseo de Moncloa de mantener abierto el abanico de posibles socios.
Los dirigentes encargados de conducir las futuras negociaciones con el Gobierno admiten cierta contrariedad por la pausa que envuelve al proyecto presupuestario. Escuchan a los ministros decir que el acuerdo interno entre PSOE y Podemos «está muy ultimado», que tan solo quedan «elementos menores a la hora de cerrarlo» y que el consenso alcanza un día «el 80%» y otro «el 90%», pero lo ponen todo bajo sospecha. «Llevan muchos días diciendo que prácticamente están de acuerdo. La verdad es que cuesta un poco de creer», dicen fuentes parlamentarias.
Sánchez tendrá 20.000 millones extra en 2021
Pero lo cierto es que el Gobierno ha dado a entender que más pronto que tarde el presidente Pedro Sánchez y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, darán a conocer las líneas maestras del proyecto presupuestario. Claro que para ello deberían salvar un escollo que lo obstaculiza todo y es que el Ejecutivo no puede presentar sus presupuestos sin haber obtenido el plácet de la UE para su proyecto expansivo (espera añadir unos 20.000 millones de ingresos a los presupuestos de 2021 a cuenta de nuevos fondos europeos). ¿Pero qué reformas promete llevar a cabo para que la UE abra el grifo? De nuevo, nadie lo sabe.
Los plazos previstos por el propio Gobierno van incumpliéndose y el techo de gasto —primer trámite de los presupuestos— sigue sin fecha de aprobación en el Consejo de Ministros y sin aliados para su aprobación en las Cortes. Y eso a pesar de que el arco parlamentario observa con interés cómo beneficiarse de los 150.000 millones de euros que, aproximadamente, podrían circular en 2021.
La parsimonia del Gobierno no exaspera en estos momentos a los soberanistas, que, tras la inhabilitación de Quim Torra como presidente de la Generalitat tampoco tienen un gran interés en hacerse muchas fotos con el Ejecutivo.
ERC estudia hacer el muerto hasta febrero
ERC, de hecho, no quiere saber tampoco gran cosa de la mesa de diálogo soberanista con el argumento de que la Generalitat está en funciones. En realidad, también quiere que evitar que Torra tenga la ocurrente idea de presentarse a la mesa, tal y como han especulado algunos dirigentes de Junts per Catalunya, y prefieren aparcar el foro hasta después de las elecciones catalanas (situadas, probablemente, en la primera quincena de febrero?
¿Apoyará ERC en estas circunstancias los presupuestos? Los republicanos están dispuestos a madurar conversaciones pero, recuerdan, hacen falta propuestas concretas y no las hay. De ningún tipo.
Los republicanos barajan ahora la idea de hacer el muerto hasta las elecciones catalana porque consideran que no tocar mucho el tablero perjudica a Junts per Catalunya, incapaz de agitar a la sociedad catalana incluso tras la inhabilitación de Torra, que acabó siendo muy poco emocional para lo que acostumbra la siempre dramática política procesista.
El problema es que cuatro meses haciendo el muerto pueden ser muy largos y, por eso, ERC está dispuesta a negociar con el Gobierno, sobre todo después de que el Gobierno haya suspendido las reglas fiscales que controlan el déficit y la deuda, lo cual significa que las administraciones podrán disponer de «la totalidad de los recursos» para contener los efectos de la pandemia.
Es decir, que nunca como ahora va a ser tan sencillo gastar desde la administración. Tan cierto como que nadie sabe lo que puede gastar porque el Gobierno no suelta prenda en la supuesta antesala de su presentación.
Sánchez, de viaje en Bruselas, donde el Consejo Europeo se reúne desde la tarde de ayer, jueves, podría clarificar en breve algunas de sus intenciones.