ERC y el Pdecat hacen oídos sordos a las 30.000 firmas de Graupera
Jordi Graupera sigue recogiendo firmas tras conseguir las 30.000 a las que aspiraba porque los partidos independentistas siguen sin comprarle su propuesta
Jordi Graupera ya ha superado las 30.000 firmas que se había fijado como objetivo para perseverar en su intento de forzar una primarias abiertas de las que salga una única lista y un único alcaldable independentistas para las municipales de mayo de 2019. Pero la cifra no impresiona a los principales destinatarios de su mensaje: el Pdecat y ERC, que siguen sin comprarle la propuesta.
Graupera, que sigue viviendo en Estados Unidos, ha admitido en una entrevista a Rac1 que ya contaba con la “hostilidad” de los partidos, y, de hecho, mantiene abierta la recogida de firmas para reforzar la legitimidad de su propuesta. El filósofo ha explicado, en ese sentido, que se toma el asunto como una carrera de fondo, y que para las primarias hay tiempo «hasta finales de año o principios del próximo. Y si no consiguiera que se celebren, no descarta organizar una candidatura propia. “Es una decisión que no está tomada y que no puedo tomar yo solo, no sería coherente si de lo que estoy hablando es de un proceso participativo”, ha dicho.
Portazo de Munté
Este martes ha sido Neus Munté, la candidata oficialista –y la favorita- en las primarias de las que ha de salir el alcaldable del Pdecat, la que ha insistido en que, con o sin firmas, las primarias que propone Graupera no pasan por el momento de ser “un eslogan, un gancho para generar un movimiento”, porque no hay “ninguna concreción” sobre cómo serían. Munté ha alegado que Graupera podría haberse postulado para las primarias del Pdecat, que se dirimen entre ella y Carles Agustí, porque “también son abiertas”.
La propuesta también sigue sin suscitar ningún entusiasmo en las filas de ERC, que ya ha proclamado a Alfred Bosch como su alcaldable, y ni siquiera el otro aspirante a alcaldable postconvergente, más cercano que Munté a los planteamientos de Junts per Catalunya (JpC) y Carles Puigdemont, y que ya ha exhibido sintonía con los planteamientos de Graupera, le compra la idea de las primarias. En la candidatura de Agustí se aboga por la unidad independentista, pero se considera que cada una de las formaciones o colectivos que se integren en la misma debería organizar las suyas propias, y que después, ya se pactarían los pesos de unos y otros en una eventual lista conjunta.
Mascarell saca la cabeza
Más allá de las primarias, la idea del frente unitario es algo, eso sí, que nadie quiere ser el primero en descartar. Munté se remite a Junts pel Sí, la coalición entre CiU y ERC que gobernó en Cataluña la pasada legislatura, o a JpC como pruebas de la voluntat pactista del Pdecat. Y en Esquerra recuerdan que Bosch ya puso su condición: hablar del modelo de ciudad.
De todos modos, la configuración definitiva del espacio electoral soberanista de cara a las municipales va para largo, y, teniendo en cuenta la volatilidad de la política catalana, aún puede dar unos cuantos volantazos, y propiciar sorpresas. De momento, el último en sacar la cabeza como posible alcaldable ha sido Ferran Mascarell. El ex conseller de Cultura (primero en un gobierno del socialista Pasqual Maragall y después en uno del convergente Artur Mas) no ha dicho esta boca es mía ni se ha postulado formalmente, pero ha convocado una conferencia el 22 de mayo en el Ateneu Barcelonés titulada Manifiesto por Barcelona: el ideal de una ciudad posible.