El responsable del Mobile Congress cenará en el Bulli antes de decidir qué ciudad es la capital del móvil
John Hoffman pasará el fin de semana en Barcelona antes de escoger si Múnich, Milán, París o la capital catalana acogen el evento más importante de los desarrolladores de telefonía móvil del mundo
Ferran Adrià se ha colado en la decisión de la Global System Mobile Association (GSMA) sobre qué ciudad será la capital mundial del móvil de 2013 a 2017. Antes de cerrar El Bulli, el cocinero catalán acogerá un comensal de excepción: John Hoffman. El Mobile World Congress (MWC) es él. El empresario, consejero delegado del GSMA, es de esa clase de directivos que toma personalmente y sin escuchar a nadie de su entorno las grandes decisiones del grupo. Y mientras cena en Cala Montjoi el 23 de julio escogerá si el evento más importante de los desarrolladores de telefonía móvil de todo el mundo se organizará en Múnich, Milán, París o Barcelona.
Tras un año deliberando, el 25 de julio anunciará qué proyecto valora como el más idóneo para quedarse con la celebración de la Mobile World Capital, que tendrá varios eventos a lo largo del año. A pesar del secretismo alrededor de todas las propuestas, uno de los requisitos impuestos por GSMA para valorar cualquier candidatura, se calcula que la designación generará un impacto anual de 375 millones de euros.
Para muchos de los implicados en el proyecto, la organización de las ediciones pasadas del MWC son el mejor aval de la capital catalana. Aunque el amor que profesa Hoffman por la ciudad también le da ventaja. De hecho, su paso por Catalunya no se limitará a la visita anual que hace al restaurante de Roses. Según ha podido saber Economía Digital, la familia Hoffman pasará ese fin de semana en Barcelona.
Candidatura unida
En la recta final de la radiografía del GSMA, los miembros de la candidatura catalana recuerdan los puntos fuertes de su propuesta. Desde Fira de Barcelona esperan que influya el modelo exitoso de colaboración público/privada “que ya triunfó en los Juegos Olímpicos de 1992”. A su vez, el nuevo alcalde de la ciudad, Xavier Trias, ha asegurado que van por el buen camino: “Lo tenemos bien. Hemos trabajado mucho y espero que sea una de las primeras alegría que tengamos”. También se han implicado en el proyecto el Gobierno central y Turismo de Barcelona.
En cuanto a puntos débiles, aseguran que haber organizado el MWC es una arma de doble filo: les da relevancia pero también propicia que los congresistas quieran conocer nuevas ciudades. En cuanto a la falta de vuelos directos intercontinentales, el presidente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes (ACAV), Francisco Carnerero, ha afirmado que la oferta actual de El Prat “cumple con todas las exigencias de un congreso como éste. No tiene que ser un elemento de distorsión”.
El movimiento de los indignados también preocupó al equipo de la candidatura de Barcelona. Desde el entorno de Hoffman llegaron voces de que las imágenes no gustaron al directivo. Esta vez, ha sido el presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona, Jordi Clos, quien ha quitado hierro al asunto: “Mientras se acampaba en plaza Catalunya los hoteleros de la zona mantenían las reservas. Una muestra muy clara de que el movimiento no pasó factura a la candidatura”.
Y las suposiciones siguen. Y es que hay mucho en juego en la decisión de Hoffman, entre otros, la continuidad de uno de los eventos que más dinero aporta a Fira de Barcelona. El final, se concretará el 25 de julio.