El Reino Unido se despide de la vacuna de Oxford para antes de Navidad
El Reino Unido admite que la posibilidad de que la vacuna de Oxford y Astrazeneca esté lista antes de las navidades es “mínima”
La vacuna que desarrollan de forma conjunta la Universidad de Oxford y Astrazeneca fue la primera en poner fecha al lanzamiento de su prototipo. “Estaremos listos para entregar a partir de octubre, si todo va bien”, se aventuraba a decir Adrian Hill, uno de los científicos que lleva a cabo la investigación, en junio. La clave está en esa coletilla –“si todo va bien”- y es que, casi cuatro meses después, y tras varios reveses, el optimismo se ha ido rebajando hasta tal punto que el Reino Unido ha admitido que la posibilidad de que este antídoto esté listo antes de las navidades es “mínimo”.
Así lo aseguró Kate Bingham, presidenta del grupo de trabajo de vacunas del Reino Unido, en una entrevista en Sky News, en la que indicó que, aunque espera que los ensayos clínicos muestren signos de éxito de cara a finales de año, no podía dar garantías.
«Creo que existe una pequeña probabilidad de que podamos tener la vacuna Oxford antes de Navidad», explicó la experta, siempre con tono optimista, pero insistió en que todavía persisten muchas incertidumbres sobre cuánta protección brindan y por cuánto tiempo, lo que se necesitarán más candidatos. “Todavía no hemos terminado”, aseveró.
Las declaraciones de Bingham se producen un mes después de que el principal asesor científico del Gobierno de Boris Johnson, Patrick Vallance, sugiriera que las personas más vulnerables podrían comenzar a recibir la vacuna antes de que termine 2020, con la intención de vacunar al resto de la población de cara al próximo año.
España esperaba tres millones de dosis para diciembre
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció el mes pasado que España podría recibir en diciembre tres millones de dosis del antídoto de Oxford, siempre que éste hubiera superado para entonces todas las pruebas clínicas. La Unión Europea se comprometió a comprar 30 millones de dosis de esta vacuna, de las que un 10 % inicial iría para España.
Pero desde entonces la investigación ha sufrido varios retrasos. A principios de septiembre los ensayos clínicos se paralizaron por la reacción adversa e «inexplicable» de uno de los participantes. No obstante, Astrazeneca explicó que se trataba de una acción «rutinaria» en este tipo de investigaciones.
Días más tarde las pruebas se reanudaron, pero desde entonces los estudios se han ralentizado ya que la aparición de efectos secundarios en algunos de los participantes impedía que algunos de ellos se inyectaran el antígeno por segunda vez. Sin embargo, los primeros datos de los ensayos clínicos sugieren que la vacuna es segura para las personas y parece desencadenar una respuesta inmunitaria. Además, en pruebas anteriores ya se demostró su efectividad.