El rechazo de Carmena al coche oficial tiene en vilo a 70 chóferes municipales
Los conductores de los altos cargos muestran su preocupación porque los concejales de Ahora Madrid reniegan del servicio
Hasta las medidas de justicia tienen sus damnificados. Los más de 70 conductores del Ayuntamiento de Madrid dedicados a transportar a concejales y altos cargos de confianza están profundamente preocupados por su destino profesional. La alcaldesa Manuela Carmena ha comenzado su mandato viajando en metro y usando el taxi. Considera un derroche que los máximos responsables del Ayuntamiento viajen en coche oficial.
El Ayuntamiento cuenta con una plantilla de más de 70 conductores sólo para cargos de confianza más unos 150 dedicados a incidencias, un personal excesivo a juicio de los nuevos concejales de Ahora Madrid que han comenzado a pensar el destino de los conductores que permanecen estos días con los brazos cruzados en las dependencias municipales. La abultada plantilla de conductores se ha justificado por el peligro que representaba para los concejales moverse en Madrid en tiempos del terrorismo etarra.
Con una previsible racionalización del servicio, los chóferes funcionarios o con contrato podrían ser recolocados pero los designados a dedo podrían perder la plaza. «Se cometió el exabrupto de que el Ayuntamiento de Madrid tuvo chóferes que tenían condición de asesores, pero creemos que se debe mantener un servicio de conductores aunque de menor dimensión», explica Miguel Ángel Lorenzo, portavoz del sindicato, portavoz del sindicato Somos Sindicalistas.
Traslado a otros departamentos
El sindicato solicitará al nuevo gobierno municipal destinar los conductores que quedarán sin trabajo a otros servicios municipales que tengan utilidad para el ciudadano como los bomberos. «Consideramos que es una buena solución para los conductores, porque quedarían con condiciones salariales similares. Hace cuatro años ya propusimos el traslado de una parte a Bomberos pero desde el gobierno municipal rechazaron la propuesta», añade el portavoz sindical.
Los conductores no ocultan su nerviosismo por su nueva situación laboral. Hasta ahora, no les faltaba trabajo porque los concejales del Ayuntamiento, incluidos los de la oposición, disponían un conductor de libre designación. Algunos chóferes se quejaron porque los concejales los utilizaban para fines diferentes al de sus responsabilidades como llevar a las esposas de compras, a los niños al colegios o a los concejales de cena o copas.
Del Audi A8 al taxi
Desde Ruiz Gallardón hasta Manuela Carmena, todos los alcaldes han querido mostrarse como ahorradores en términos de transporte. Gallardón convocó a una rueda de prensa en septiembre de 2010 para demostrar austeridad cuando decidió pasar del Audi A8 blindado, que costaba 150.000 euros de alquiler al año, al Toyota Prius Híbrido, cuyo coste suponía casi 9.000 euros de alquiler al año.
El único grupo municipal que hasta ahora se había negado a utilizar los conductores municipales ha sido el de UPyD, hoy fuera del Ayuntamiento de Madrid. La agrupación denunció el derroche en el servicio a concejales y el gobierno local accedió a trasladar a más de 40 conductores a otros servicios municipales con mayor provecho social como el Samur.
La libre designación
La renuncia al servicio implicó una transformación del servicio de conductores municipales y se estableció que los chóferes de los altos cargos serían de libre designación. Es decir, un conductor que no es elegido por los concejales pierde las retribuciones extras.
Los trabajadores exigen el mantenimiento de un servicio de conductores en el Ayuntamiento y reivindican su condición de funcionarios y la eliminación de la libre designación. Con ello, podrían renunciar a llevar a los concejales en sus traslados personales sin sufrir mermas económicas.