El Punt Avui: cuarenta años de ayudas sin igual de la Generalitat
El diario El Punt Avui amenaza con un ERE después de salvarse de las pérdidas por las ayudas del gobierno de Carles Puigdemont
La aplicación del artículo 155 ha dejado al diario El Punt Avui sin los ingresos procedentes de la publicidad de la Generalitat. Aunque sólo sea una excusa, eso ha servido para que la empresa editora ponga sobre la mesa un plan de contingencia que pasa por echar un máximo del 40% de la plantilla (hasta 91 trabajadores) y por rebajar un 10% los salarios. Esta es la enésima crisis de un medio que durante cuarenta años ha recibido ayudas políticas de la Generalitat.
El Punt Avui es el cuarto diario más leído en Cataluña. Como cabecera conjunta nació en 2011 de la fusión de El Punt, de Girona, y Avui, un rotativo de Barcelona que estuvo estrechamente vinculado al entorno de poder de Jordi Pujol. Hermes Comunicacions, la editora del diario gerundense, compró el Avui en 2009 y dos años después pasaron a publicarse con la misma cabecera. El pez pequeño se comió al grande, aunque nunca ha conseguido digerirlo. Estos diarios tiene su peculiar historia.
Avui arrastró dificultades económicas desde que nació el día de Sant Jordi de 1976. Miles de catalanes suscribieron participaciones para sacar el primer diario en catalán después de la muerte de Franco. Nunca recuperaron la inversión. Cuando se instauró la Generalitat, el gobierno de Jordi Pujol controló el consejo de administración, financió el rotativo a base de ayudas públicas y marcó la línea editorial. El entonces presidente incluso mandaba entrevistas escritas que se publicaban tal cual. Al frente de la editora figuraron nombres como Antoni Subirà y el difunto Max Cahner, que fueron consejeros de Pujol.
Artur Mas también salió en su auxilio
Avui subsistía gracias a las subvenciones millonarias y a subscripciones institucionales masivas. Para muestra un botón: en 2001, en el último gobierno de Pujol, el entonces consejero de presidencia, Artur Mas, concedió una subvención de 4,53 millones de euros a la Fundación Bernat Desclot, accionista mayoritario de Premsa Catalana, la editora del Avui. Este importe correspondió al 60% de todas las ayudas de presidencia en aquel ejercicio. El brazo ejecutor fue el entonces secretario general de Comunicación, David Madí.
Con la llegada del gobierno tripartito de Pasqual Maragall, Premsa Catalana entró en quiebra con una deuda de 48 millones de euros. Los acreedores eran Hacienda, la Seguridad Social y el Instituto Catalán de Finanzas (ICF), órgano financiero de la Generalitat que había avalado créditos contraídos por el diario.
La comisión de acreedores adjudicó esta cabecera en 2004 a Corporació Catalana de Comunicació. Esta sociedad estaba participada por Planeta (40%), el Grupo Godó (editor de La Vanguardia, con otro 40%) y por el ICF (20%). Se impusieron a Jaume Roures, de Mediapro, que por aquel entonces aspiraba a editar un diario. Años después sacó Público, ya desaparecido.
El tripartito de Maragall evitó el cierre
La periodista Maria Favà recuerda en el libro Avui 1976-2009 (Meteora, 2017) que ERC, entonces liderada por Josep Lluís Carod Rovira, presionó para salvar el Avui del cierre. Los socialistas accedieron para evitar que se les viese como los enterradores. El tripartito también les concedió generosas subvenciones.
En 2009, la gerundense Hermes Comunicacions adquirió el Avui a la sociedad participada por las familias Lara y Godó por tres millones de euros. Al frente de Hermes estaba por aquel entonces el empresario del sector cárnico Joan Bosch, fallecido el pasado año. Bosch poseía la fábrica de embutidos Sant Dalmai y, durante más de treinta años, también editó El Punt. Otro de sus negocios fueron las plantas de impresión y rotativas.
De los supermercados al mundo editorial
En 2012, Bosch vendió el grupo Hermes al empresario Joaquim Vidal por el precio simbólico de un euro. Vidal es el propietario de los supermercados Valvi y Spar. Fue alcalde convergente de Sant Gregori (1983-95) y senador (1996-2000) por Girona.
Carles Puigdemont trabajó en El Punt antes de dedicarse a la política y, cuando llegó a la Generalitat, su gobierno mantuvo las ayudas públicas. Marcela Topor, su esposa, también ha sido empleada en medios del grupo.
El Punt Avui: amenaza de ERE porque el 155 ha bloqueado la publicidad de la Generalitat
El gobierno de Puigdemont inyectó a El Punt Avui el dinero que lo salva de las pérdidas. Hermes Comunicacions obtuvo en 2016 unos beneficios de 345.000 euros. En sus cuentas aparece un epígrafe de “otros ingresos de explotación” que incluyen 2,53 millones de publicidad institucional y subvenciones por 620.000 euros. Sin estos ingresos estaría en pérdidas.
Después de que el gobierno de Mariano Rajoy cesara a Puigdemont y a sus consejeros, Josep Rull difundió por las redes sociales una fotografía en la que se le veía en su despacho de la Consejería de Economía. Sobre la mesa colocó un ejemplar de El Punt Avui para acreditar que la imagen era de aquel día. La elección del diario parece que no fue al azar.