El PSC se quita los complejos y pasa al ataque
Navarro y Rubalcaba aúnan sus esfuerzos para recuperar el orgullo socialista
“Soy un poco raro”, decía el periodista y estrella televisiva Xavier Sardà, en el vídeo que el PSC ha elaborado y que se exhibió este domingo en el Pabellón del Vall d’Hebrón, repleto de militantes, que buscan desesperadamente algún motivo para confiar de nuevo en la política. Sardà expresó lo que una parte de la población catalana realmente siente: se es raro por apoyar las tesis de un partido que no cree en el soberanismo, se es raro por no querer seguir “la voluntad de un pueblo”, como defiende CiU y ERC.
Pero debe haber muchos raros, como cantan los muchachos de Love of Lesbian, o los Manel. Eso es lo que defiende, por lo menos, la dirección del PSC, que ha decidido pasar al ataque, después de sentirse liberada tras el consejo nacional del partido que votó con un 87% de apoyo a favor de no secundar las iniciativas soberanistas sobre el derecho a decidir de CiU y ERC.
La terquedad federal
Navarro quería un acto que aunara esfuerzos con el PSOE tras ese consejo nacional, y se produjo este domingo con la participación de Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder del PSOE arropó a Navarro, y alabó “su determinación, su terquedad para que apostemos todos por el proyecto federal”. Y concluyó con un “gracias Pere”, que a los militantes y simpatizantes socialistas gustó sobremanera.
¿Por qué gustó? El socialismo catalán ha pensado siempre en el conjunto de España, en la transformación del país, y ahora considera, pese a todas las dificultades, que la historia reciente de España y Catalunya es una historia de éxito, como recordó Rubalcaba. Y a ese éxito ha contribuido “como el que más”, el PSC, de la mano del PSOE, o el PSOE, de la mano del PSC.
Por ello, y desde una posición realmente delicada, con una presión enorme, la dirección del PSC cree que puede comenzar a recuperar buena parte de su electorado.
Debilidad independentista
La paradoja es que ha quedado debilitado por una cuestión que el bloque independentista sigue sin resolver, y que podría, incluso, derivar en una grave crisis en el seno del Govern de CiU. El sector crítico, con Àngel Ros y Joan Ignasi Elena a la cabeza, pidieron una votación secreta en el consejo nacional para votar una resolución sobre el derecho a decidir –que el Parlament traslade al Congreso una resolución para que el Gobierno central transfiera la competencia para convocar una consulta– que se debía votar el 4 de diciembre.
La falta de acuerdo entre CiU, ERC e ICV, ha aplazado esa votación, que podría llegar al 17 o 18 de diciembre. El sector crítico no ha tomado aún una decisión, y el problema de los independentistas casi provoca la ruptura interna del PSC.
Ataque a ICV y a Ciutadans
Así que el PSC ha decidido ir a por todas. Girar a la izquierda, y buscar las contradicciones de ICV, que lo está pasando mal, porque su cúpula, con Joan Herrera y Dolors Camats, saben que sus votantes están casi divididos al 50%. Y Pere Navarro también busca que los votantes de Ciutadans sean conscientes de que votan a un partido que sigue en la indefinición ideológica. A todos esos votantes, Navarro apeló este domingo, acompañado de Rubalcaba.
¿Pero, hay ya paz en el seno del PSC? No la hay. El sector crítico insiste en otras cuestiones. No se trata tanto de un matiz sobre el derecho a decidir, sobre si el partido puede y debe seguir la estela de una centralidad política claramente soberanista que se expresó en las calles y pueblos de toda Catalunya en la Via Catalana del 11 de septiembre.
Ese asunto es de una gran envergadura, pero se trata también de formas, de cómo gestionar internamente los equilibrios ideológicos, y se trata, claro, de una cuestión de piel, como en todas las organizaciones.
Pero, para bien o para mal, el PSC cree que ha encontrado el rumbo y quiere mostrar su orgullo por lo que ha sido.
El problema es vislumbrar lo que podrá ser a partir de ahora.