El PSC rompe todos los puentes con la ruta soberanista de Mas
Navarro ignora a los diputados díscolos como Geli, Elena y Ventura, que serán expulsados si votan a favor de la resolución de CiU y ERC
Repetir un principio no sirve de nada si al final no tiene consecuencias, si no tiene damnificados que quieran correr el riesgo. Y el primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha decidido ejecutar esos principios, avalado por la dirección de su partido y por un consejo nacional que es el órgano más importante entre congresos.
El PSC vivirá este jueves un momento trascendental en una votación en el Parlament, que, de forma paradójica, –aunque ese es el signo de la política catalana en los últimos años– no tendrá la más mínima trascendencia. El grupo parlamentario votará en contra de una resolución de CiU, ERC, ICV y la CUP que trasladará al Congreso la petición para convocar un referéndum de autodeterminación a través del artículo 150.2 de la Constitución, que permite traspasar competencias del Estado a las comunidades autónomas.
La ruta hacia «ninguna parte» de Mas
Se trata de evidenciar y constatar que el PSC no quiere saber nada de la ruta soberanista del President Artur Mas, que no será, ni por un instante, «un cómplice de una estrategia que no conduce a ninguna parte», como asegura un miembro de la dirección. Se trata de mostrar que ha roto todos los puentes con esa ruta que sigue Mas, presionado por Esquerra Republicana y por un entorno social y mediático que insiste en llegar hasta el final en el intento de que Catalunya se independice de España.
Por el camino, sin embargo, habrá algunas bajas. O, tal vez, muchas. El grupo parlamentario vivirá este jueves un dilema, que no se resolverá hasta el último minuto, aunque las posiciones ya se hayan establecido este miércoles.
Ros, se va y descoloca a los críticos
El primero en abrir un camino ha sido Àngel Ros, alcalde de Lleida, que ha decidido dejar su escaño en el Parlament, y, por tanto, ya no votará este jueves sobre la resolución de la consulta. Ros defendió su posición asegurando que se trata de un paso “coherente con la propia historia del PSC”, y que él, personalmente, ha buscado en las últimas semanas que el partido se inclinara por la abstención, que hubiera salvado la unidad del grupo.
Ros, sin embargo, admitió que deja el escaño por una votación “que no llegará a nada”, evidenciando la situación absurda en la que vive la política catalana.
Pero ya no se trata de abstenciones, o de hallar una salida para que el PSC, de forma artificial, parezca que está unido. Hay visiones diferentes. Y la dirección, que se basa en los órganos internos del partido, –el más importante es el consejo nacional– ya no quiere abstenciones que no conduzcan a nada y que, además, la ciudadanía no pueda entender. El grupo parlamentario tiene una indicación: votar ‘no’ a esa resolución.
Reunión en el 7 Portes
Ros se reunió este miércoles con los diputados críticos. Almorzaron juntos en el restaurante 7 Portes, que no es, precisamente, el símbolo de la austeridad en estos momentos de crisis, aunque tiene la virtud de estar cerca del Parlament. Con su decisión, Ros, ya había descolocado al resto de diputados díscolos. Había elevado mucho el listón, al renunciar a su escaño.
Así, diputados como Marina Geli, se mostraban consternados por la situación. Porque si rompen la disciplina de voto serán expulsados, algo que no se quería interiorizar hasta este mismo miércoles. Ros reclamó a la dirección que no los penalice, pero Navarro no puede ya dar marcha atrás, después de que, al propio alcalde de Lleida, le haya costado su “coherencia” dejar el acta de diputado.
Geli, Elena y Ventura, al borde la expulsión
Tres de ellos están dispuestos a correr el riesgo. La propia Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura. Son tres votos que podrían unirse a los de CiU, ERC e ICV. Sumarían 87, después de que la CUP haya decidido en el último instante la abstención. No llegarían, por tanto, a los 90, los dos tercios del Parlament que son necesarios, por ejemplo, para reformar un Estatut.
Los casos de Rocío Martínez-Sempere y Xavier Sabaté son diferentes. Sabaté es un hombre de partido, que cree en la disciplina necesaria en una fuerza política, aunque sigue pensando que la decisión puede ser un error. Y Martínez, que ha trabajado en las últimas semanas y lo seguirá haciendo hasta el mismo momento de la votación por la unidad de todos los diputados, se inclina por votar con la dirección.
Tiene sus dudas sobre la conveniencia o no de seguir el camino de Navarro, pero entiende que el partido ha tomado una decisión. Rocío Martínez, además, quiere ser candidata a la alcaldía de Barcelona, y se presentará en las primarias del partido.
Navarro, con Rubalcaba
Pero todo ello es sintomático de lo que pasa en la política catalana. Navarro estuvo este miércoles en Madrid, en el Congreso, para buscar, junto a Alfredo Pérez Rubalcaba, una salida práctica al callejón sin salida en el que se encuentra Catalunya. Los dos quieren convocar, después de dos años sin hacerlo, la comisión bilateral Estado-Catalunya para buscar una salida a problemas concretos, y a la posibilidad de convocar una consulta legal y acordada.
Y en eso quiere estar el PSC, consciente de que todo lo que está haciendo podría tener muy poco premio electoral a corto plazo. Pero la dirección actual de los socialistas catalanes tiene claro que no seguirá la estela de CiU y ERC.
¿Quién es catalanista?
El enfado de algunos dirigentes del PSC es muy elocuente cuando otros miembros socialistas, o desde determinados medios de comunicación se asegura que han roto con el catalanismo. “Hay quien entiende que se forma parte de esa corriente sólo si se está con CiU y ERC “, aseguran. Y eso, a partir de ahora, “se ha acabado”.
¿Es un error? El error para el PSC es caminar entre dos aguas. El error hubiera sido votar este jueves una abstención.
Con el PSOE, para cambiar España
Pere Navarro considera que muchos catalanes que votan al PSC lo hacen, precisamente, porque tiene un proyecto compartido con el PSOE para toda España, y que quieren una alternativa para el conjunto de España al PP. Entiende, junto a la dirección de Nicaragua –la calle de la sede del partido en Barcelona– que sólo con el PSOE se podrá buscar una solución que resuelva un mejor encaje institucional de Catalunya o una mejora de la financiación pública de la Generalitat.
Y van en esa dirección, aunque haya bajas por el camino.