El PSC quiere que Mas y Junqueras naufraguen solos

Navarro asegura que los socialistas se abstendrán en todas las votaciones relacionadas con la consulta soberanista

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Las actitudes son importantes, aunque los políticos deban en muchas ocasiones tener la suficiente cintura como para alcanzar acuerdos inesperados. Pero la relación entre CiU y el PSC –los socialistas necesitan rehacer el partido y consolidar el liderazgo de Pere Navarro– no goza de buena salud. Durante la propia campaña, Artur Mas y el portavoz del Govern, Francesc Homs, ignoraron por completo a Navarro.

De hecho, una buena parte de Convergència, entre la que se cuenta el propio Homs, entiende que en el futuro político de Catalunya el PSC ya no es una pieza necesaria. No es el caso de los dirigentes de Unió, o de los sectores económicos y las patronales. El caso es que la oferta de Artur Mas, en su discurso de investidura, de “ampliar el espectro” político, para reforzar la gobernabilidad, con el PSC e ICV, ha caído en saco roto.

Abstención sobre la consulta

Navarro ha decidido, precisamente, consolidar su liderazgo ejerciendo de principal partido de la oposición, algo que tiene asegurado, tras el acuerdo de Esquerra con CiU. Y ha descolocado al propio Artur Mas, al asegurar, en su intervención, que el PSC “se abstendrá” en todas las votaciones relacionadas con el derecho a decidir, con la consulta que quiere convocar el líder de CiU a lo largo de 2014, siguiendo el esquema propuesto por los republicanos.

De hecho, es una actitud que presiona en gran medida a Artur Mas y al líder de ERC, Oriol Junqueras. Los dos socios, en esta legislatura que se inicia, quieren “corresponsabilizar” a todas las fuerzas políticas que aprobaron, antes de las elecciones, una resolución parlamentaria a favor de una consulta en un marco de legalidad.

Según Navarro, Mas y Junqueras no necesitan para nada a los socialistas. “Como usted ya tiene el pacto hecho, el proceso decidido y el camino escrito, nuestro partido no pondrá obstáculos”, aseguró, tras anunciar que el PSC “se abstendrá en todas y cada una de las votaciones” que afecten al derecho a decidir durante toda la legislatura. Eso sí, los socialistas apoyarán la consulta soberanista si el referéndum es legal, acordado con el Gobierno y vinculante, y el PSC defenderá el no a la independencia para defender la vía federalista.

En materia económica, sin acuerdo

Un jarro de agua fría, que Mas no supo entender. El líder de CiU le reprochó a Navarro esa actitud, que supone que el PSC estará ausente del debate, con la idea clara de que el problema, si se considera así, lo ha creado CiU, y lo quiere gestionar con ERC, y que, por tanto, de ese problema deben salir los dos solos. Si pueden.

La cuestión es que en materia económica, el acuerdo suscrito entre Mas y Junqueras no se aleja de las tesis de los socialistas. De hecho, Navarro admitió que el PSC ha defendido algunas de las reformas fiscales que se han planteado, como la recuperación de Sucesiones, el aumento del impuesto de Patrimonio o la tasa a los depósitos bancarios. Pero el líder del PSC recordó que el acuerdo previo en la anterior legislatura, que posibilitó la abstención de los socialistas en la segunda votación de la investidura de Mas, “no se cumplió, y ahora no nos fiamos”.

Asumir recortes e impuestos

El equilibrio de fuerzas, por tanto, parece claro. Este viernes intervendrá el resto de grupos políticos, tras hacerlo este jueves ERC y el PSC. Y no parece que nadie más pretenda secundar o apoyar a CiU y ERC en su doble propósito: la convocatoria de un referéndum de autodeterminación –a no ser que se discuta de nuevo el calendario que ya se ha pactado– y en la tarea de asumir los costes de la gestión económica, con nuevos impuestos y con nuevos recortes para lograr el déficit exigido en 2013 del 0,7%.

Mas, en su intervención, lo pidió con una cierta ansiedad, forzado también por Esquerra. Aseguró que convocará una cumbre social antes de presentar los presupuestos del 2013 pasa fijar las prioridades del estado de bienestar. Junqueras le secundó, demostrando que, efectivamente, han acercado de forma notable sus posiciones políticas en las últimas semanas. Cosas de la gobernabilidad. Pero el eco fue mínimo.

Todos los grupos corrieron, en los pasillos del Parlament, para considerar que se tratará de una legislatura corta, que podría finalizar en 2014, sin que se convoque ninguna consulta soberanista.

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