El PSC aspira al ‘gordo’ en el Gobierno: la ministra de Exteriores

Cristina Gallach, afiliada del PSC y directora de comunicaciĂłn de Solana como secretario general de la OTAN y 'Mr Pesc', es una de las mejor posicionadas

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Los socialistas catalanes están convencidos de que Pedro Sánchez va a compensarlos tras perder la presidencia del Senado, que estuvo en manos de uno de los suyos, Manuel Cruz, durante la fallida legislatura anterior (de mayo a septiembre de 2019) y que ahora ostenta la madrileña Pilar Llop. El PSC, que mantiene una relación más que fluida con Sánchez, cree que el presidente será generoso y que incluso puede recibir el ‘gordo’, es decir, el ministerio de Exteriores.

Con las tres vicepresidencias ya repartidas (Carmen Calvo, Pablo Iglesias y Nadia Calviño), ningún otro ministerio tiene mayor relevancia que el de Exteriores. Y el PSC tiene a una candidata con una larga hoja de servicios internacionales y con carnet de su partido. Se trata de Cristina Gallach (Sant Quirze de Besora, Barcelona, 1960), que ya recibió una llamada de Sánchez el pasado verano para convertirse, desde entonces, en la alta comisionada del Gobierno para la Agenda 2030 de la ONU.

Gallach fue la sombra de Javier Solana durante 13 años. Primero como directora de comunicación en su época de secretario general de la OTAN (1996-99) y luego en un puesto semejante en su posterior etapa de ‘Mr. Pesc’ (el alto representantes de la política exterior y seguridad comunitaria entre 1999 y 2009). Su currículum oficial destaca, de hecho, que es «la única mujer española que ha estado en puestos de relevancia en las tres grandes organizaciones internacionales: la UE, la OTAN y la ONU (fue secretaria general adjunta).

Fuentes del PSC mantienen la prudencia habitual en estos casos porque Sánchez es el único dueño de las decisiones relacionadas con los ministros socialistas. (No así con los ministros de Podemos, que ha tenido que asumir sin oposición). Dirigentes del PSC evitan dar por seguro el nombramiento de Gallach por dos motivos: porque hay otros nombres que suenan (José Manuel Albares, asesor internacional de Sánchez) y porque no quieren entorpecer sus posibilidades. Saben que es una candidata que encaja en el sudoku de Sánchez.

Encaja por su trayectoria y porque Gallach tiene un perfil muy distinto al de su antecesor, Josep Borrell, quien se ha caracterizado en los últimos años por su desacomplejada batalla contra los dirigentes independentistas. Basta fijarse, si no, en una entrevista que protagonizó el año pasado en El Periódico, donde levantó la bandera del diálogo, tan en boga ahora, para amoldarse a ERC:

–»Como catalana de mundo, ¿tiene idea de cómo podría Cataluña salir del laberinto en que se encuentra?»
–»Solo hay un camino: diálogo e integración. Hay que recuperar la convivencia rota en estos últimos años de desconexión. El esfuerzo que hace el Gobierno por tener más presencia en Cataluña y mejorar la vida de los catalanes es muy importante, pero sobre todo es necesario el reencuentro entre nosotros».

Quienes han tratado a Gallach destacan de esta periodista de formación nunca ha querido hablar más de la cuenta sobre el procés, un tema que la incomoda. La definen como muy preparada y prudente. Calcula sus palabras. Hasta ahora ha intentado evitar que sus comentarios en público generasen conflictos, una virtud incompatible con el cargo de ministro.

Nunca ha sido una persona de partido. Aunque milita en el PSC, se la ha visto muy poco en sus actos públicos.

 

 

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