El proyecto soberanista de Mas crea fracturas en Foment
Los empresarios muestran su temor por ser acusados de “poco demócratas” por no acudir a la cumbre por el derecho a decidir
Todas las instituciones catalanas están sufriendo un importante desgaste provocado por el proyecto soberanista del President Artur Mas. La idea de presentar el proyecto bajo un supuesto e inocuo “derecho a decidir” ha creado en Foment del Treball, la más importante de las organizaciones empresariales de Catalunya, fracturas notorias, que, por el momento, se consideran superables.
El presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà, decidió, finalmente, que Foment no acudiera a la última cumbre sobre el derecho a decidir que convocó el President Mas el pasado día 26. El hecho de que la convocatoria de la reunión se fijara con carácter constitutivo, según el cual los asistentes se mostraban de acuerdo en convocar una consulta por el derecho a decidir, llevó a Gay de Montellà a renunciar a la invitación, pese a una inicial aceptación.
Y en la ejecutiva de Foment de este lunes, las intervenciones no se hicieron esperar. Hubo diversas voces que reclamaron que Foment necesita “explicarse mucho mejor” para que nadie pueda arrinconar a la organización empresarial bajo el latiguillo de ser “poco democrática” o estar fuera del consenso político y social catalán.
Entre Barcelona y Madrid
La disyuntiva es grande. Foment no quiere permanecer ajena a lo que sucede en la sociedad catalana, porque se trata de un movimiento que ha trascendido a los propios partidos políticos, como se demostró este sábado en el ‘concierto por la libertad’ del Camp Nou. Pero también se quiere huir, según fuentes de la patronal, de las directrices políticas, vengan de Barcelona o de Madrid.
Una de las cuestiones determinantes es que el propio Gay de Montellà ve con mucho recelo el proceso, pero es muy consciente de la “pluralidad” de Foment, tanto respecto a sus diversas sectoriales como a sus territoriales. Y desde Girona, se apunta, se ven las cosas diferentes. Pero también desde distintos sectores empresariales.
Foment, como el PSC
El debate en la ejecutiva, en todo caso, no se centró tanto, según fuentes conocedoras de la reunión, en la decisión de no asistir, como en el mensaje que debe trasladar Foment. El problema sigue siendo “la lectura política que se hace de todo lo que pueda realizar una organización como Foment”. Pero es que esas interpretaciones son ahora imposibles de anular.
Foment experimenta lo mismo que le sucede a otro importante actor, el PSC, que tampoco acudió a la cumbre convocada por Mas, y que sufre un enorme desgaste. Pero como el PSC, que estuvo representado por algunos dirigentes de la ejecutiva, aunque con el ‘sombrero’ de otros organismos o asociaciones, como Fabián Mohedano, Foment también asistió al acto con otros ‘sombreros’.
Sin embargo, la comparación se admite un tanto forzada, porque en el caso de la patronal quien sí estuvo presente es Eusebi Cima, presidente de Fepyme, la marca de Foment para la mediana y pequeña empresa, aunque con el reconocimiento administrativo de patronal propia. Un referente de primer orden, en todo caso.
La posición de Fepyme
Y Cima, que este lunes no estuvo presente en la ejecutiva de Foment, sí ha dejado claro estos días que asistir a esa cumbre no tenía por qué comportar que se estaba a favor de la independencia.
Ese es el problema, el equívoco constante entre derecho a decidir e independencia, que asusta a los empresarios, y que sirve, al mismo tiempo, al movimiento soberanista para arrinconar a la patronal, o al PSC, que tampoco acudió a la cumbre y que experimenta una división interna entre su dirección y algunos de sus dirigentes y cuadros medios en el territorio.
Esperando a Rigol
La ejecutiva de Foment, tras un largo debate, constató que lo mejor “es esperar, con tranquilidad y ver cómo evoluciona el proceso”. La decisión en la cumbre sobre el derecho a decidir de que fuera Joan Rigol, ex presidente del Parlament, la personalidad que elabore un documento sobre todo el proceso, llevó a Gay de Montellà a pedir tiempo para analizar cómo y qué momento Foment debe tomar una decisión más formal.
Gay de Montellà consideró que hubiera sido “más fácil” sumarse a la cumbre, en la que estuvieron todos los agentes sociales, incluidos los sindicatos, pero que Foment debía tomar esa decisión, incómoda, teniendo en cuenta que la organización empresarial está bajo la lupa tanto del Gobierno central, como del Govern de la Generalitat, y debe responder también frente a las interpretaciones de la CEOE, que preside Juan Rosell.
Sólo gana ERC
La cuestión, como admite un dirigente destacado de Foment, es que la patronal no puede quedar al margen del proceso político que ha impulsado CiU. Y que debe asumir una cierta erosión, porque es “tan plural como la propia sociedad catalana”.
El proyecto está afectando a Foment, al PSC, pero también a CiU, con importantes divisiones internas, tanto en Convergència, como en Unió, aunque se busque una imagen de unidad.
Por el momento, sólo hay un actor político beneficiado, que sigue empujando con fuerza, sin ningún desgaste: Esquerra Republicana, quien este mismo lunes ha pedido que se acelere el proceso y se convoque la consulta en 2014.