«El ‘procés’ se parece más a la revolución iraní que al 23-F»
Santiago Mondéjar ofrece una original y rigurosa perspectiva del movimiento soberanista en "A golpes con el Estado" (ED Libros)
«Tildar los hechos del octubre catalán de 2017 como golpe de Estado equivale a ver gigantes allí donde solo había molinos». Santiago Mondéjar, empresario y consultor estratégico, es el autor de esta frase en particular y de una novedosa tesis en general sobre lo que ha significado la ofensiva soberanista durante los últimos años. La explica de forma brillante en A golpes con el Estado (ED Libros), una obra que analiza de forma original y profunda el alcance de las maniobras independentistas sin caer en los tópicos de los comentaristas habituales.
«Persistir en etiquetar los hechos de octubre de mero golpe de Estado es un reduccionismo que subestima la gravedad del problema, que es, a todas luces, mucho más complejo y preocupante que un vulgar alzamiento», dice Mondéjar, partidario de un análisis más amplio.
Su opinión es que todo lo ocurrido durante aquel otoño contiene, ciertamente, componentes característicos de un golpe de Estado, pero considera que la naturaleza del procés «tiene más elementos en común con la revolución islámica que llevó al poder a los ayatolás que con el 23-F de Tejero».
En este punto se hace imprescindible una lectura reposada del texto de Mondéjar y, sobre todo, de su analogía con el Viernes Negro iraní. ¿Acaso los dirigentes del procés también crearon las condiciones para facilitar una reacción policial que acabase con sangre en las calles?
La actuación del Estado
De A golpes con el Estado no sólo destaca su original aproximación respecto al movimiento independentista, sino también la postura crítica respecto a algunas actuaciones del Estado. Valga un ejemplo: «El Ejecutivo renunció clamorosamente a utilizar preventivamente los instrumentos políticos de los está dotado (estados de excepción, inhabilitaciones del Tribunal Constitucional».
El libro también se detiene en algunos de los errores de cálculos del llamado estado mayor del procés. «Llegaron a creer que, para los españoles, pertenecer a la Unión Europea era un valor superior a la unidad de España y la defensa de los derechos de los españoles que viven en Cataluña», describe Mondéjar.
Su percepción general es la de un procés con un sentido claramente «revolucionario». «El proceso soberanisa —escribe el autor— es antes que nada un movimiento de masas, no exento de atributos prepolíticos propios de cultos religiosos».
En este punto, el autor considera que «la contundente actuación policial» durante la jornada del referéndum fue «la vacuna que inmunizó» a los grupos radicales de tentaciones mayores. Vale la pena repasarlas a lo largo de uno de los libros más singulares que se ha publicado hasta la fecha sobre el procés.
En conversación con Economía Digital, Santiago Mondejar recuerda que «los seres humanos tendemos a tomar atajos mentales para simplificar problemas cuya complejidad nos desconcierta; un sesgo conocido en psicología como heurístico».
Y apunta, en este sentido: «Por eso se ha recurrido a calificar de golpe de Estado a los eventos del otoño del 2017, para creer que se entiende una situación incomprensible. Y por eso mismo se le tilda de “golpe posmoderno” -lo que tiene tanta utilidad como denominar al 23F “golpe existencialista”, para enmarcar el problema en un reducto que permita a políticos desbordados confiar en que la solución se puede encontrar en el Código Penal».
Su advertencia final no tiene périda: «Esto es un espejismo; es como creer que pueden usar el código de circulación para saber cómo ir desde Madrid a Murcia”.