El Pdecat se activa para frenar una escisión
Tras amagar con crear un nuevo partido, Marta Pascal presenta un libro de otro arrinconado por Carles Puigdemont, y el partido pone paños calientes
La bomba la soltó el domingo la ex coordinadora general del Pdecat, Marta Pascal, al amagar con la creación de una nueva fuerza política que opere al margen del maximalismo dictado por el expresident Carles Puigdemont. Así que no es de extrañar la expectación generada por la intervención, este lunes, de Pascal en la presentación de Reimaginemos la independencia. Un proyecto válido para todo el mundo, el libro que ahora publica otro de los grandes arrinconados en el partido heredero de CDC por el sector puigdemontista, el aún congresista Carles Campuzano, que no repetirá porque se ha quedado fuera de las listas para las generales del 28 de abril.
La expectación derivó en anticlímax, porque nada más se dijo en ese acto de ese eventual nuevo partido más allá de una leve referencia del propio Campuzano a la «necesidad evidente» de que en Cataluña haya «una fuerza política que ponga la independencia o la autonomía al servicio de la gente», que no dejó claro si debe ser el mismo Pdecat u otra formación. Es más, la antaño gran esperanza blanca de Convergència (CDC) para tomar el relevo de Artur Mas, Lluís Recoder, que también participó en una presentación convertida en un homenaje al propio Campuzano y a su generación de políticos nacionalistas, dejó muy claro no solo que está alejado de la militancia política, sino que no tiene intención de volver.
Pero que el amago de Pascal no supere por el momento el estadio de globo sonda no significa que no haya puesto en guardia a la dirección del Pdecat, que trata de rebajar la inflamación, alimentada el mismo domingo por el propio Puigdemont y las invectivas con las que reaccionó a las declaraciones de la exlíder del partido, a la que fulminó el pasado verano.
Así, en contraste con las cargas de profundidad lanzadas por el expresident, la vicepresidenta del Pdecat, Míriam Nogueras, ferviente puigdemontista, evitó entrar al choque con Pascal y se limitó a remarcar que todas las decisiones tomadas por el partido han sido aprobadas «por un amplio consenso» de las bases y también en el seno de la dirección, y que la formación «respeta» todas las posturas individuales y no tomará ninguna medida contra Pascal.
Bonvení, tomando nota
Eso fue por la mañana. Por la tarde, el presidente del partido, David Bonvehí, menos entusiasta de Puigdemont pese a no llegar nunca a cuestionarle públicamente, acudió a la presentación del libro de Campuzano celebrada en La Casa del Libro, una céntrica librería barcelonesa.
Tuvo que instalarse en la última fila, porque cuando llegó ya no quedaba más sitio. Su antecesora al frente del partido le saludó brevemente al pasar. Después, con el presidente de la formación tomando nota, ni que fuera mental, fueron cayendo las pullas a las políticas impulsadas por Puigdemont, aunque a él no se le nombró. Las de Pascal y las del propio Campuzano.
La primera advirtió que la independencia requiere «un camino largo» y no se logrará «a través de ningún atajo» y dijo suscribir varias citas del libro, entre ellas aquella que dice que «no se puede confundir unidad con uniformidad».
«Menos épica» y más búsqueda de acuerdos
El autor, por su parte, reivindicó el legado de la antigua Convergència, la del pujolisme, que en los años 80 y 90 cambió Cataluña «de arriba a abajo»; criticó la dinámica del «tenim pressa» (tenemos prisa), propia, dijo, de independentistas de última hora y útil solo para agitar las redes sociales, pero no para encontrar soluciones; apuntó de que desde el mes de octubre de 2017 sigue pendiente «repensar» el proceso independentista, y avisó del riesgo que supone caer en el enquistamiento.
«El reto es superar la actual situación» de bloqueo, diagnosticó. Algo para lo que conviene «menos épica» y más voluntad de buscar acuerdos. Es una andanada en toda regla a la actual apuesta de la dirección del partido y del hombre que lo controla desde Waterloo.
Dice Campuzano que el libro se lo encargaron cuando aún no sabía que habría elecciones el 28-A y que él habría sido descartado como candidato, así que si estuviera en las listas diría lo mismo. A saber. Y también si los arrinconados subirán el tono y pasarán del globo sonda al proyecto firme una vez completado el ciclo electoral de esta primavera. De momento, parecen agazapados y a la espera de, si los malos augurios que pronostican las encuestas se cumplen, poder decir que ellos ya lo advirtieron y tratar de arrastrar a otros descontentos consigo.