El Gobierno liga las ayudas al automóvil a unos nuevos presupuestos
La patronal pide un nuevo plan de incentivos a la compra de coches, algo para lo que a día de hoy no hay presupuesto, según el Ministerio de Industria
Con las fábricas cerradas durante un mes y los concesionarios con la persiana bajada desde hace casi dos, la automoción pide auxilio al Gobierno. La industria que representa un 10% del Producto Interior Bruto (PIB) del país vio como en abril las ventas se desplomaron por encima del 90% y exige un plan de ayudas para reactivar la compra, algo que ya solicitaba desde antes de la crisis del coronavirus. El Ejecutivo, sin embargo, ya pone las primeras pegas: ahora mismo no hay presupuesto para esta nueva partida.
La patronal de fabricantes, Anfac; la de proveedores, Sernauto; y las de vendedores, Faconauto y Ganvam; se reunieron esta misma semana con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y la de Industria, Reyes Maroto. A ambas se les entregó un plan en el que destacaba la necesidad de reactivar la demanda a través de incentivos “porque el sector empieza cada vez que se vende un vehículo en un concesionario”.
A pesar de la cordialidad que presidió la cumbre, el Gobierno asegura estar atado de pies y manos a la hora de otorgar el paquete de apoyo. Para aplazarlo, asegura que no dispone de ninguna partida en los presupuestos actuales, prorrogados desde 2018; una medida más para presionar a la oposición para que aprueben el plan de recuperación económica que Pedro Sánchez deberá presentar en los próximos meses.
El mismo secretario general de Industria y de la Pyme, Raül Blanco, lo admitió esta semana en una entrevista concedida a La Tribuna de Automoción. «Ahora mismo no hay margen presupuestario, pero debería haber nuevos recursos con los planes de reconstrucción, que deberían ir asociados a unas nuevas cuentas públicas», admitió.
Automoción y Gobierno discuten sobre los plazos: el sector quiere las ayudas en semanas, pero el Ejecutivo las emplaza a 2021
Y si bien la patronal pide celeridad para la llegada de las ayudas, el propio ministerio asume que pueden tardar más de lo deseado y su aterrizaje se dilate hasta 2021. «Estamos en unas circunstancias excepcionales; lo que vamos a tener de disponibilidad presupuestaria hay que ir viéndolo poco a poco. Ojalá las medidas puedan entrar en vigor lo antes posible», se limitó a puntualizar Blanco en la misma conversación.
Los plazos que manejan ambos lados de la mesa no cuadran. Las fuentes consultadas por Economía Digital dicen que el oxígeno debe repartirse en las próximas semanas o buena parte del tejido estará en peligro. El propio presidente de Anfac, José Vicente de los Mozos, lo corroboraba al salir del encuentro con el Ejecutivo: «Se necesita un apoyo coyuntural, pero potente, que acorte la crisis y nos permita la más rápida recuperación posible».
A comienzos de abril, desde Faconauto auguraban una caída anual del 30% de las ventas de coches, un descenso que podría ser mayor si la recuperación económica es más lenta de lo prevista inicialmente. Para mitigar el desplome, la industria logró arrancar al Gobierno que los concesionarios y los centros ITV puedan abrir sus puertas en la fase 1 de la desescalada aunque tengan más de 400 metros cuadrados de superficie. Así lo confirman tanto fuentes de Anfac como del propio Ministerio de Industria.
La automoción pide más
Pero además de las ventas subvencionadas, De los Mozos también pidió a Reyes Maroto «un mensaje a las casas matrices internacionales de que España es un país que se preocupa por su industria de automoción, que cuida sus fábricas y vela por su mantenimiento y competitividad». En la carta al Gobierno de la patronal, las ayudas a la venta deben ir acompañadas de otras medidas vinculadas a la producción.
Con las fábricas todavía al ralentí –algunas todavía no retomaron la actividad–, la industria solicitó la llegada de créditos blandos que otorguen liquidez al sector y el aplazamiento en el pago de impuestos de forma inmediata.
A medio plazo, las patronales proponen abordar un cambio en la fiscalidad del automóvil y obtener ayudas para el impulso de la Industria 4.0 y el vehículo de cero emisiones.