El Gobierno insiste en que es un problema de «estricto orden público»
El ministro de Interior en funciones insiste que la situación en Cataluña es un problema "de estricto orden público" y que Torra debe condenar la violencia
La tensión en Cataluña continúa tras el descenso de la violencia en las calles. Desde que el Tribunal Supremo (TS) anunció la sentencia del procés –cuya condena implica penas de 9 a 13 años por sedición y malversación para los líderes independentistas– en Barcelona y en las capitales de las provincias catalanas se han vivido múltiples episodios de reivindicaciones –algunas pacíficas– que han obligado al Gobierno a reforzar la presencia policial en las calles, especialmente para dar respuesta a los disturbios vividos en Barcelona.
El ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha comparecido este domingo tras una reunión del comité de seguimiento de los sucesos en Cataluña. El responsable de la cartera de interior ha advertido al independentismo de que los disturbios vividos en Cataluña los últimos días constituyen «un problema de orden público como el que viven otras grandes democracias». Reiterando el mensaje que ayer expresó en una comparecencia posterior a la reunión con el consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch.
«Nadie puede ni debe ser ambiguo respecto a la violencia», ha señalado Marlaska en alusión al president de la Generalitat, Quim Torra, que tardó 24 horas en condenar los sucesos. El president ha vuelto a telefonear esta mañana –sin éxito– al jefe del Ejecutivo en funciones. Como ha recalcado Marlaska, Pedro Sánchez le exige que condene la violencia antes de entablar ningún contacto con él, aunque este mensaje no se ha explicitado en la llamada que ha realizado la Generalitat, según fuentes del Gobierno catalán.
Además, Marlaska ha citado varios puntos cuyo cumplimiento exige a todos los demócratas: desmarcarse de la violencia, aislar los comportamientos agresivos y reconocer la labor de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Marlaska ha dedicado una mención especial a Torra para que “condene de manera firme, rotunda, sin matices, adjetivos ni medias tintas, sin equidistancia, la violencia”. Y ha insistido: “Nadie entiende que no lo haya hecho todavía”.
El silencio de Sánchez
El ministro ha evitado pronunciarse sobre la nueva llamada de Torra a Sánchez y se ha limitado a reiterar un mensaje similar al de este sábado. “El presidente en funciones espera la condena efectiva y directa respecto a la violencia. Torra está en deuda con el conjunto de los catalanes”, ha subrayado el ministro.
Fuentes del gabinete del presidente catalán han explicado que Sánchez no ha querido ponerse al teléfono este domingo. Esas voces sostienen que se ha llamado a La Moncloa, pasadas las 13 horas, y que la respuesta ha sido que el presidente estaba reunido.
Posteriormente han llamado desde la oficina de Sánchez a la Generalitat y han explicado que no habrá contacto. La semana pasada, Torra aceptó en una entrevista en TV3 que tiene el número personal de Sánchez pero que no lo ha utilizado en los últimos días. Las mismas fuentes de la oficina del president niegan que el entorno de Sánchez pidiera en la llamada telefónica de este domingo que Torra rechazara la violencia como condición para ponerse al teléfono.