El Gobierno fracasa en la reconstrucción del bloque junto a ERC
Sánchez se obliga a otra negociación 'in extremis' para salvar la prórroga del estado de alarma. Las conversaciones con Cs no culminan y con ERC se encallan
El intento del Gobierno por reconstruir el llamado bloque de investidura —sustentado en buena parte sobre ERC— está muy cerca de fracasar. A 24 horas de la votación de la quinta prórroga del estado de alarma en el Congreso, el pacto entre PSOE y Esquerra no se atisba. «Pinta complicado, la verdad», admitieron fuentes de la negociación a última hora del lunes.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio la orden la pasada semana a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y a la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, de recomponer la relación con ERC después de que los republicanos se descolgaran del apoyo al estado de alarma en la última votación en el Congreso (6 de mayo).
Desde aquella orden de Sánchez, se han multiplicado los contactos de Calvo con el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y de Lastra con el portavoz parlamentario de Esquerra, Gabriel Rufián. Pero ninguno ha logrado fructificar y, a solo un día de la votación de este miércoles, ERC no tiene la intención de moverse del «no» a la prórroga del estado de alarma a menos que el PSOE suba la oferta.
«Es cierto que han hecho gestos, pero todo es muy poco claro», explican fuentes republicanas que, si bien admiten que las conversaciones no están rotas, todo apunta en estos momentos a que Esquerra dará un nuevo portazo al Gobierno.
El mando único: rewind and forward
Sánchez ordenó a sus negociadores abrir el melón de la «cogobernanza» de la desescalada y también concedió que se incorporasen criterios de los gobiernos autonómicos al progresivo desconfinamiento de la sociedad. Pero todo ello sin renunciar al mando único de la crisis, un asunto de muy difícil digestión para los independentistas.
La idea del presidente del Gobierno era reconstruir cuanto antes el llamado bloque de investidura, descompuesto el pasado 6-M, puesto que Sánchez está convencido de que las alianzas con los soberanistas pueden tener mayor durabilidad que su súbita sociedad con Ciudadanos.
Pero el deseo del presidente de recuperar a ERC choca con su propósito de mantener el mando único de la crisis.
Sánchez no quiere conceder a la Generalitat la capacidad, por ejemplo, de decidir que Tarragona está en fase 2, Girona en fase 1 y Barcelona en fase 0,5. Y menos dispuesto está aún a que sea la Generalitat quien pulse el rewind button o el forward button de la desescalada porque no quiere un sofá lleno de mandos ni una imagen que retrocede o avanza fuera de su control. El mando, sostiene Sánchez, es suyo y el resto puede sentarse, mirar y comentar la pantalla.
Sánchez y la negociación in extremis
«Sería absurdo que unas comunidades decidieran unas cosas y otras lo contrario», añaden los socialistas para negarse a compartir el mando único de la crisis sanitaria.
Con los votos de ERC fuera de su alcance (por el momento) y los de Ciudadanos todavía sin atar, el Gobierno está obligado a una nueva negociación in extremis para salvar la quinta prórroga del estado de alarma.
Ahora mismo, el mejor de los escenarios para Sánchez es repetir la mayoría lograda hace 15 días, cuando sumó 178 votos —la mayoría absoluta son 176— para dar luz verde a la prórroga.
Esos 178 se obtendrían con los diputados de PSOE, Podemos, Ciudadanos, PNV, Más País, Coalición Canarias, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria, Compromís y Teruel Existe.
Pero Ciudadanos no ha firmado. Se espera que lo haga por las sobradas muestras de predisposición expresadas por Inés Arrimadas. En todo caso, Sánchez ya sabe que no podrá salir airoso con la prórroga del estado de alarma de 30 días porque Cs ya ha avanzado que se niega a ello.